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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Carta abierta a todos los militantes de la Leninbund

Carta abierta a todos los militantes de la Leninbund

Carta abierta a todos los militantes de la Leninbund[1]

 

 

6 de febrero de 1930

 

 

 

Estimados camaradas:

 

A partir de la carta circular enviada por la dirección de la Leninbund con fecha del 29 de enero de 1930 re­sulta claro que el objetivo de la conferencia de la Lenin­bund a celebrarse el 23 de febrero es reafirmar la ruptu­ra, expulsando a la Oposición marxista. Esta es la for­ma en que la propia dirección de la Leninbund definió sus propósitos ante la conferencia.

Dejo de lado las recriminaciones y acusaciones de tipo personal y organizativo. Estas, naturalmente, revisten cierta importancia para la vida de una organiza­ción, pero no son ellas las que deciden el problema de unidad o ruptura sino las diferencias teóricas y políticas principistas. La unidad de la organización no es invio­lable siempre y en todas las circunstancias. Existen ca­sos en que las diferencias se vuelven muy profundas, y la ruptura puede resultar la única salida. Pero hay que cuidar que la ruptura sea honesta, es decir, que se produzca según los lineamientos de las verdaderas di­ferencias de principios y que dicho lineamiento resulte claro para todos los militantes de la organización.

Desde este punto de vista, me veo obligado a afir­mar que las cartas circulares de la dirección de la Lenin­bund, fechadas el 20 y el 29 de enero, preparan una ruptura de la manera más peligrosa y perniciosa, ya que dan primacía a distintas rencillas y distorsionan las diferencias principistas mediante información falsa. Trataré de demostrarlo.

 

¿Tiene partidarios la fracción de Urbahns?

 

La diferencia fundamental se refiere al carácter de clase de la Unión Soviética Este problema no es nacio­nal sino internacional. No hay ni puede haber una orga­nización revolucionaria que no tome una resolución al respecto y no saque todas las conclusiones "internas" pertinentes. Es imposible elaborar una política nacional correcta sin resolver este problema internacional.

La dirección de la Leninbund afirma en la circular que la posición de Urbahns respecto del “carácter de clase de la Rusia soviética" es compartida, supuesta­mente, por las siguientes organizaciones: “la mayoría de la Oposición belga, el grupo Treint[2] y el grupo Contre le Courant de Francia, el grupo checoslovaco y un gran sector dentro del grupo norteamericano”.

Con esta afirmación falsa se busca sacar ventajas de la falta de información de los militantes de la Lenin­bund con el objeto de engañarlos de la manera más bur­da. Todos los grupos locales de la Leninbund pueden cerciorarse al respecto escribiendo a los grupos antes mencionados.

La dirección de la Oposición belga ha publicado va­rios artículos equivocados sobre la cuestión del Ferroca­rril Oriental Chino[3]. Pero se diferenció tajantemente de la dirección de la Leninbund en el problema del ca­rácter de clase de la Unión Soviética. Por eso se justi­fica que consideremos que el error de los camaradas de Bruselas es parcial y transitorio. Esos errores son ine­vitables en la práctica. Una ruptura en torno a errores parciales sería un acto criminal, pero se vuelve inevita­ble cuando las desviaciones parciales se cristalizan en principios erróneos. Respecto al carácter de clase de la Unión Soviética existe una diferencia irreconciliable en­tre la dirección de la Leninbund y la de la Oposición belga. ¡Comuníquense con Bruselas, camaradas, y verifíquenlo ustedes mismos!

Los dos pequeños grupos franceses -Treint y Contre le Courant- han adherido hasta el momento, al menos formalmente, a las posiciones de la Oposición rusa sobre todas las cuestiones fundamentales. No co­nozco un solo documento en el que se declaren solida­rios con la posición de Urbahns sobre el carácter de cla­se de la Unión Soviética. ¿Acaso cambiaron de posición últimamente? No lo sé. En todo caso, se harían un gran favor a ustedes mismos y también a los grupos de Treint y Paz[4] si les preguntaran cuál es su posición respecto al carácter de clase de la Unión Soviética en fe­brero de 1930.

El término "grupo checoslovaco" que emplea la circular se refiere aparentemente a un grupito de estu­diantes de Praga que, por lo que sé, no mantiene el menor vínculo con el movimiento obrero. Este grupo no publica nada. A juzgar por lo que parece, diría que es muy posible que, efectivamente, comparta la posición de Urbahns.

Pero la afirmación de la circular concerniente a la Oposición norteamericana es puro invento. De la lectu­ra del semanario The Militant, una de las mejores pu­blicaciones comunistas, surge claramente que la Liga Comunista de Norteamérica no tiene nada que ver con las posiciones de Urbahns.

Por eso, en lo que hace al problema fundamental en debate, la dirección de la Leninbund está totalmente aislada, salvo por un pequeño grupo de estudiantes de Praga. ¡No nos sorprende! En sus artículos más recien­tes Urbahns ha desarrollado y profundizado su error, planteando una nueva teoría del estado que en general no tiene nada que ver con la teoría marxista y difiere sólo en los términos de la idealista y democrática.

 

¡No olvidar la Oposición Internacional!

 

Ambas circulares tratan de presentar la situación interna de la Oposición de la siguiente manera: "Quie­nes no comparten las posiciones del camarada Trotsky no pertenecen a la Oposición leninista." Emplean este subterfugio indigno para encubrir el aislamiento de la dirección de la Leninbund. En efecto: ¿por qué habla Urbahns de “las posiciones del camarada Trotsky"?

La Oposición rusa tiene un programa en cuya elabora­ción han participado directamente cientos de camara­das y en cuya defensa fueron expulsados, arrestados, deportados e incluso ejecutados miles de camaradas más. En vista de ello, hablar de las posiciones persona­les del camarada Trotsky es hacer gala de un repugnan­te desprecio y falta de respeto por la lucha de la Opo­sición rusa.

Es más, la dirección de la Leninbund ignora olímpicamente al grupo Verité de Francia, que publica un semanario político y una revista teórica mensual, La Lutte de Classes. Solo un ciego podría no ver que este grupo se ha convertido en el eje de unificación de la auténtica Oposición de izquierda comunista en Fran­cia.

La Liga Comunista de Norteamérica es una de las mejores secciones de la Oposición, y está creciendo. La dirección de la Leninbund la ignora. No puede caber la menor duda de que la Oposición belga en su conjunto, a pesar de algunas diferencias que surgieron en su seno, no vacilaría un solo instante en el momento de optar entre la Oposición Internacional y el grupo de Urbahns. La dirección de la Leninbund cierra los ojos ante los hechos y se consuela con vanas esperanzas.

Los tres grupos de oposición de Austria rechazan taxativamente el programa de la Leninbund, y sobre todo sus posiciones sobre el carácter de clase del estado soviético.

La Oposición de izquierda checoslovaca (el grupo del camarada Lenorovich), que milita en la clase obrera y está por iniciar la publicación de un periódico, com­parte las posiciones de la Oposición Internacional en todos los problemas fundamentales.

Las diferencias de la Oposición china con las posi­ciones de Urbahns no son menos tajantes.

Por ultimo, la dirección de la Leninbund no tiene motivo para esperar apoyo de la Oposición de Italia, de España, de Hungría y de otros países.

Esta es la verdadera situación: de un lado, la Oposi­ción Internacional; del otro... el grupo nacional de Urbahns.

No obstante, si la dirección de la Leninbund puede contar con el apoyo de algún grupo extranjero, se trata únicamente -y hasta cierto punto- de los grupos de Treint y Paz. Pero, ¿acaso concretaron un acuerdo prin­cipista sobre alguna cuestión, una sola? Que nos lo di­gan abiertamente.

Urbahns está a favor de un partido independiente. Esa es su idea principal. Hasta el momento Treint y Paz están en contra. ¿Se han puesto de acuerdo? Específicamente, ¿en qué puntos?

 

El bloque de Urbahns con Treint y Paz

 

Urbahns volvió a presentar en las elecciones muni­cipales sus candidatos “independientes" contra los candidatos del Partido Comunista. ¿Con qué resulta­dos? La Leninbund se debilitó aun más. Esta política suicida es fruto de la idea de Urbahns de crear un se­gundo partido. ¿Están de acuerdo Treint y Paz? Que se pronuncien. O quizás a estos internacionalistas no les preocupa lo que pasa en Alemania.

¿Y cómo se presenta la situación en cuanto a las cuestiones sindicales? Paz está a favor de la "autono­mía" de los sindicatos pero, a diferencia de Monatte[5] no niega la necesidad de un partido comunista. Es una vieja posición jauresista[6] -diplomática y oportunista hasta la médula-, posición que los marxistas han ata­cado y seguirán atacando implacablemente. ¿Adhiere Urbahns al principio de "autonomía" sindical en el sentido jauresista? ¿O quizás piensa que los asuntos franceses no son de su competencia?

Por otro lado, ¿se unen Treint y Paz al bloque sindi­cal de Urbahns y Brandler contra el Partido Comunista? ¿O quizás piensan que Hamburgo no es de su com­petencia?

¿Qué piensa Urbahns del tierno romance de Paz con los “comunistas" nacionales de Alsacia? ¿O quizás perdió interés por lo que pasa en Alsacia desde que fue cedida a Francia?

Pero, ¿en qué punto lograron ponerse de acuerdo los tres grupos? Unicamente en la lucha contra la Opo­sición rusa. Todos condenaron la declaración de Ra­kovski. Son demasiado revolucionarios para caer en se­mejante “negociación". ¡No podía ser de otro modo! Ratifican la política del frente único con la socialdemo­cracia, los sindicatos reformistas los brandleristas, los nacionalistas alsacianos. Pero cuando se trata de los partidos comunistas oficiales, consideran que la política del frente único es ilícita. Y sin embargo, si examina­mos la declaración de Rakovski con un enfoque político, no demagógico, vemos que es otra cosa que la aplicación por parte de la Oposición de la táctica del frente único hacia el Partido Comunista de la Unión Soviética.

La posición de Urbahns al respecto se basa en su orientación hacia un segundo partido. ¿Cómo explicar la posición de Treint y Paz? La única explicación reside en su falta de claridad y de principios.

En una palabra, no importa hacia dónde dirijamos la mirada, no encontramos más que reticencias, diploma­cia, ambigüedades y equívocos. Los nuevos aliados no se atreven a examinar un solo problema seriamente; no vaya a ser que destruyan su nueva alianza, construida sobre la arena. Esto se llama aventurerismo intelectual. Jamás tuvo éxito y jamás lo tendrá.

 

La unificación internacional es indispensable

 

Hace algunos meses la dirección de la Leninbund expulsó de sus filas a los camaradas Grylewicz y Joko, que defendían las posiciones de la Oposición Interna­cional. Con ello el grupo Urbahns señaló que en esencia se niega a trabajar codo a codo con la Oposición Inter­nacional. Porque está claro que no podemos tolerar la coexistencia de dos posiciones, una para nuestro uso personal y otra para el consumo público. Esa hipocresía ha sido siempre característica de los oportunistas, en particular de los brandleristas. Como todos saben, su “internacionalismo" es la suma aritmética de sus políticas nacionales oportunistas. No tenemos nada que ver con esto. Nuestra orientación internacional y nuestra política nacional están indisolublemente ligadas.

Por lo tanto, la Oposición debe actuar desde el co­mienzo como una fracción internacional, como hicieron los comunistas en la época del Manifiesto Comunista, o en la época de la primera Internacional[7], o como la Iz­quierda de Zimmerwald a principios de la guerra. En todos estos casos se trataba de grupos numéricamente reducidos, o de individuos aislados; no obstante, actua­ron como organización internacional. En la época del imperialismo esta posición es cien veces más imperati­va que cuando vivía Marx.

Quienes creen que la Izquierda Internacional se es­tructurará algún día como mera suma de grupos nacio­nales, y que por lo tanto la unificación internacional puede postergarse por tiempo indeterminado hasta tan­to los grupos nacionales se “hagan fuertes", atribuyen al factor internacional una importancia secundaria y por eso mismo se lanzan por la senda del oportunismo nacional.

Es innegable que cada país posee sus propias pecu­liaridades y que éstas revisten gran importancia; pero en nuestra época estas peculiaridades no se pueden analizar y aprovechar de manera revolucionaria si no es con un enfoque internacionalista. Por otra parte, sólo una organización internacional puede ser la portadora de una ideología internacional.

¿Se puede creer seriamente que grupos nacionales de la oposición aislados, divididos entre sí y abandona­dos a sus propios recursos pueden ser capaces de en­contrar por sí solos el camino correcto? No, esta línea conduce inexorablemente a la degeneración nacional, al sectarismo y a la ruina. Las tareas que tiene planteada la Oposición Internacional son tremendamente difíciles. Sólo si se vinculan indisolublemente, sólo si ela­boran en forma conjunta las respuestas a los problemas planteados, si elaboran su programa internacional, si verifican mutuamente sus respectivas tácticas, en fin, sólo si se unifican en un organismo internacional, los grupos nacionales de la Oposición podrán realizar su tarea histórica.

Esto se aplica a todos los grupos sin excepción, y fundamentalmente a la Oposición rusa. El año pasado la epidemia de capitulaciones azotó a grandes sectores de la Oposición, precisa y exclusivamente porque que­daron aislados de la Oposición de los demás países, no pudieron estar al tanto de lo que ocurría en la Interna­cional Comunista en su conjunto, no pudieron reflexio­nar sobre sus tareas y por eso se dejaron engañar fácilmente por el viraje a la izquierda de los stalinistas en los problemas internos de la URSS.

La Oposición de izquierda ya perdió demasiado tiempo. La desastrosa evolución de la Leninbund, los errores de algunos grupos nacionales, la incapacidad para avanzar y el estancamiento de otros, se deben en gran medida al aislamiento nacional y a los métodos ar­tesanales con que se realiza la actividad política. Si la Oposición de izquierda comunista no quiere llegar a su fin sin pena ni gloria debe repudiar todo lo que signifi­que dilación y consolidar firmemente sus filas interna­cionales.

 

El internacionalismo verdadero y el falso

 

Los brandleristas se jactan de no estar de acuerdo con ninguno de los grupos rusos. ¿Qué significa esto? Una organización revolucionaria que no está de acuerdo con ninguno de los grupos existentes en Rusia tiene la obligación de crear un nuevo grupo ruso que aplique una línea correcta en la Unión Soviética. En caso con­trario, tendría que limitarse a proclamar su “neutrali­dad" hacia la Revolución de Octubre. Lo mismo es cier­to de todos los demás países. El comunismo sólo puede ser internacional, si no deja de ser comunismo.

Pero, ¿qué posición tiene al respecto la dirección de la Leninbund? ¿Está de acuerdo con alguna de las frac­ciones rusas? Aquí no nos referimos, desde luego, al monolitismo mecánico sino al acuerdo en torno a los problemas fundamentales. A este respecto no posee­mos la menor información. Es obvio que para Urbahns, éste, al igual que todos los problemas relativos al movi­miento internacional, reviste un carácter secundario.

La fracción de Urbahns, que expulsa de sus filas a los partidarios de la Oposición Internacional, está dis­puesta al mismo tiempo a aliarse en la arena internacio­nal con cualquier grupo de “izquierda", naturalmente con la condición de que no le impida seguir aplicando su política nacional.

Conscientes de la bancarrota “nacional" de su lu­cha sin principios contra La Verité, los aliados de Urbahnns -Treint y Paz- sueñan con una asociación internacional que incluya a todos: tanto a los partidarios de Chiang Kai-shek como a los de la república soviéti­ca; a los que tratan de salvaguardar la “autonomía" sindical de los embates del comunismo y a los que lu­chan para que el comunismo tenga influencia en los sindicatos, a los partidarios del frente único con la de­recha contra el partido oficial y a los que exigen fren­te único con el partido oficial contra la derecha. Levan­tan este programa, esta verdadera “ensalada rusa”, junto con la consigna de “democracia partidaria". ¿Se puede concebir una burla más maligna a la democracia partidaria?

Debemos decir abiertamente que, bajo el manto de la lucha contra el burocratismo de la Tercera Interna­cional, se están tratando de infiltrar tendencias y prác­ticas propias de la Segunda Internacional. La burocra­tización de la Tercera Internacional no cayó del cielo: obedece a razones de clase especificas. La Internacional Comunista está condicionada por la lucha de clases que se desarrolla en su seno. Desde el punto de vista teórico, esto se expresa en la contradicción entre la teoría del socialismo en un solo país y la raison d’etre de la Comintern.

Hay algunos comunistas nacionales que se creen comunistas de izquierda y atribuyen a la Oposición rusa los rasgos característicos del centrismo dominante:

“No queremos tener nada que ver con ellos.” En otras palabras, reemplazan el criterio ideológico y de clase por un criterio nacional. En la mayoría de los casos, esto sirve para encubrir las mezquinas ambiciones de un es­trecho círculo de intelectuales que defienden su tan preciada “autonomía” de los peligros que la acechan desde... la Oposición rusa. Es frecuente que a esta actitud se sume la cobardía chovinista pura y simple. De esta manera penetran en nuestras filas las ideas y las actitudes de la Segunda Internacional. Es evidente que no nos queda otro remedio que librar la lucha im­placable contra este contrabando.

 

Es necesario optar

 

No estamos por la democracia en general, sino por la democracia centralista. Por eso ponemos a la direc­ción nacional por encima de la local, y a la dirección in­ternacional por encima de la nacional. El partido revo­lucionario no es un club de debates, donde cada cual concurre como si fuera a un café (ésta es la gran idea de Souvarine)[8] El partido es una organización para la acción. La unidad de las ideas partidarias se garantiza con procedimientos democráticos, pero el marco ideo­lógico del partido debe quedar rígidamente delimitado. Esto es mucho más cierto cuando se trata de una frac­ción. Tampoco en este caso debemos olvidar que no so­mos un partido sino una fracción, lo que significa una selección y consolidación de cuadros lo mas estrecha posible, con el objetivo de influir sobre el partido y otras organizaciones de la clase obrera. Seria fantasioso y absurdo exigirle a la Oposición de Izquierda que se convierta en una combinación de toda clase de grupos y grupúsculos nacionales, insatisfechos, ofendidos, re­beldes, que no saben lo que quieren.

No, nosotros representamos una tendencia ideologí­a definida y construimos sobre la base de principios y tradiciones definidas. Si en estas condiciones los parti­darios de la Oposición Internacional no tienen lugar en la Leninbund, entonces la Leninbund declara que no busca un lugar en las filas de la Oposición Internacio­nal. Debemos tenerlo muy en cuenta.

Como ven, camaradas, estos problemas son mucho más importantes que las mezquinas rencillas en las que se basan los cargos formulados por el procurador fiscal Urbahns. Está en juego la suerte de su organiza­ción. Todo militante de la Leninbund debe comprender que después de la ruptura la Leninbund se transforma­rá en una Urbahnsbund, es decir, en una pequeña secta nacional sin importancia, sin futuro, sin perspectivas.

Eso significa que hay que optar. ¡Y para un revolu­cionario auténtico la opción no es tan difícil!

 

Con saludos comunistas,

 

León Trotsky



[1] Carta abierta a todos los militantes de la Lenibund. Fourth international [Cuarta Internacional, revista del Socialist Workers Party], abril de 1947. La Leninbund era el grupo de oposición fundado por Hugo Urbahns, Ruth Fischer y Arkadi Maslow; lo integraban tanto "trotskistas” como "zinovievistas". Trotsky entró en conflicto con Urbahns en 1929 en torno al análisis que hacia éste del conflicto sino-soviético y el carácter del estado soviético. Urbahns, que entonces era el dirigente principal de la Leninbund, respondió expulsando a dos oposicionistas de izquierda a fines de 1929 y preparando la expulsión de los restantes en un plenario reunido en febrero de 1930. En la carta abierta Trotsky intente explicar los problemas que subyacen tras la crisis de la Leninbund. los oposicionistas expulsados de la Leninbund se unificaron con otras fuerzas disidentes para constituir la Oposición Unificada de Alemania, que fue realmente el primer grupo de la Oposición de Izquierda en ese país.

[2] Albert Treint (1889-1972): importante dirigente del PC Francés en la década del 20, que apoyó a la Oposición Unificada rusa y fue expulsado en 1927. En los años siguientes colaboró con diversos grupos y perteneció durante un breve periodo a la Liga Comunista francesa, hasta que se unió a un grupo sindicalista.

[3] La posición de la Oposición belga sobre la cuestión del Ferrocarril Oriental China (1929) provocó una ruptura en la organización un año después (véase Escritos 1930-31).

[4] Maurice Paz (n. 1896): abogado y militante de la Oposición francesa ligado a Contre le Courant: visitó a Trotsky en Turquía en 1929 y ese mismo año se separó de la Oposición por considerar que sus perspectivas eran poco realistas (véase Escritos 1929) ingresó al PS y se unió a la tendencia dirigida por Paul Fauré.

[5] Pierre Monatte (1881-1960): sindicalista que militó durante un breve período en el PC Francés; luego fundó Révolution Prolétarienne en 1924 y la Liga Sindicalista en 1926.

[6] Jean Jaurés (1859-1914): destacado orador socialista y pacifista francés, fue asesinado al comenzar la Primera Guerra Mundial.

[7] El Manifiesto Comunista, escrito por Marx y Engels, lleva fecha 1847. La Primera Internacional (Asociación Obrera Internacional) fue fundada en 1864 y disuelta en 1876.

[8] Boris Souvarine (n. 1893): uno de los fundadores del PC Francés y autor de una de las primeras biografías de Stalin. Repudió al stalinismo en la década del 20 y rompió con el leninismo en la del 30. Véanse las cartas en las que Trotsky rompe relaciones políticas con él, en los volúmenes 1 y 2 de este tomo. Para Trotsky era la encarnación del cinismo y el derrotismo que caracterizan a los que reniegan del bolchevismo.



Libro 1