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Escritos Latinoamericanos (compilación, 3ra. edición)

El primer Congreso Ordinario del STERM

El primer Congreso Ordinario del STERM

Artículo publicado en Clave Nro. 5, segunda época, enero de 1940. Sin Firma.

 

En la primera mitad del entrante febrero tendrá lugar el primer Congreso ordinario del STERM (Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana). Desde su nacimiento mismo este organismo ha estado controlado por la camarilla Laborde-Salas-Vilchis que lo ha utilizado para esquilmar y oprimir al magisterio.

 

 

Como frutos positivos de él no puede presentarse nada. En cambio los frutos negativos son numerosos. Se impuso la alcabala de 1.5% como cuota sobre los sueldos de los maestros, cuota que proporciona entradas ilimitadas de dinero, para disfrute de la camarilla en el poder; el escalafón ha venido siendo sistemática e ininterrumpidamente violado en beneficio de los stalinistas y compadres de Vilchis; el régimen interno del STERM ha sido regulado por el totalitarismo stalinista con anulación completa de la democracia interna, que debe ser norma fundamental de toda organización sindical obrera; al mismo tiempo, los organismos directivos del STERM han sido simples agentes de la política exterior de Stalin en el seno del magisterio mexicano. Por si no fuera poco, todo el movimiento magisterial en pro del mejoramiento de sueldos y condiciones de trabajo ha chocado desde el principio con la oposición de los líderes stermeanos, que prueban así a las altas autoridades que desempeñan como ninguno el papel de estranguladores del movimiento magisterial; para coronar la obra de la dirección Laborde-Vilchis-Salas tenemos el proyecto de ley de escalafón en que por sí y ante sí, los burócratas han designado una Comisión Nacional de Escalafón que durará cuatro años en ejercicio y que ya desde hoy está determinando ascensos y medidas escalafonarias, en las que a sus secuaces los asciende y aumenta sueldos basándose en su calificación como “revolucionarios”, esto es, como incondicionales de la pandilla, que en realidad es contrarrevolucionaria.

El próximo Congreso de febrero debe ser el fin de la hegemonía labordeana. Los maestros del D.F. y de los estados deben elegir en él una dirección revolucionaria de maestros de base que garantice que las medidas que se tomen en el Congreso serán realizadas y que será revisada toda la actuación traidora de la actual pandilla. Es posible realizar un amplio frente único con todos los maestros sobre la base de una plataforma concreta, que inevitablemente llevará al choque con los enemigos del magisterio revolucionario. Los maestros deben desde hoy apresurarse a discutir la posición que adoptarán sus delegados al Congreso y elegir maestros capaces de luchar en él hasta el fin. Las cuestiones concretas que ante todo deben plantearse en el congreso son entre otras, las siguientes:

1.- Demandas económicas del magisterio (elevación de sueldos y métodos para conseguirlo).

2.- Desconocimiento de la actual Comisión Nacional de Escalafón designada por el stalinismo y expedición de una nueva Ley. Vigencia de la anterior en tanto no se expida la nueva.

3.- Reducción de la actual cuota sindical a 0.5%

4.- Democracia revolucionaria en el STERM. Rechazo completo de la actuación y el régimen interno totalitario introducido por la facción staliniana de Educación.

5.- Rechazo de la política internacional del stalinismo.

6.- Defensa de la URSS contra los enemigos exteriores: imperialismo mundial y contra el enemigo interior: burocracia staliniana.

7.- Declaratoria contra la guerra, por su carácter imperialista y reaccionario por partes de ambos bandos en lucha.

8.- Orientación revolucionaria de la educación.

9.- Independencia completa de la organización sindical magisterial respecto del Estado.

El descontento de los maestros de muchos estados y del D.F. contra la pandilla dominante debe tomar cuerpo en una potente ala izquierda, que sobre la base de demandas concretas extirpe radicalmente la lepra staliniana. Pero la experiencia principalmente de los últimos tiempos, ha mostrado que se necesita una dirección valerosa y revolucionaria. Por ello la tarea de saber elegir delegados al Congreso y elaborar resoluciones concretas para ser sostenidas en él se impone vitalmente. Los delegados que en ocasiones anteriores han capitulado deben ser eliminados; por ningún motivo deben tolerarse nuevamente los grupos de pistoleros stalinianos y de delegados apócrifos; la democracia interior debe ser sostenida por todos los medios posibles. Al mismo tiempo, es posible extender el frente único, con los camaradas cetemistas de base que también están deseosos de acabar con la enfermedad stalinista y convertir el STERM en un sindicato verdaderamente revolucionario y capaz de defender a los maestros y llevarlos hacia delante.

En estos momentos de repulsión general del stalinismo, la significación del Congreso del STERM es enorme. El llamado Partido Comunista de México, sección de la G.P.U. del Kremlin, vive ante todo por el apoyo que la Secretaría de Educación le otorga. El Congreso decidirá si el magisterio mexicano va a seguir siendo dominado y mangoneado por el stalinismo; si todas sus luchas y anhelos van a morir como hasta hoy, estranguladas por el aparato totalitario de Laborde-González Salas y Cía. Y no solamente eso. Decidirá si los stalinianos de toda calaña siguen infiltrados en el mecanismo educacional. Una liquidación del dominio staliniano en el STERM será, indudablemente, el golpe de muerte asestado al stalinismo mexicano ya que sus chambistas y arribistas dejarán de constituir la base de sustentación de ese organismo en otrora revolucionario y por hoy el mayor obstáculo en la lucha de las masas revolucionarias. Así, el destino histórico pone en manos de los maestros y de su próximo Congreso la posibilidad de acabar con el stalinismo mexicano. Todos los signos objetivos, entre ellos el descontento de la base magisterial en todos los estados y el D.F. contra esa pandilla, hacen esperar fundadamente, el éxito en esa tarea.