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Boletín Nº 4 (Septiembre 2003)

En la provincia de Jujuy, Argentina

En la provincia de Jujuy, Argentina

..la leyenda de Trotsky se compone de principio a fin de hechos registrados y verdades comprobables. En ella, ningún mito revolotea sobre la realidad, sino que la realidad misma se eleva a la altura del mito." La vida y la obra enormes de Trotsky son un elemento esencial de la experiencia de la Revolución Rusa e, indudablemente, de la sustancia de la civilización contemporánea. La singularidad de su destino y las extraordinarias cualidades morales y estéticas de su ejecutoria hablan por sí mismas y atestiguan la significación del hombre. No puede ser, sería contrario a todo sentido histórico, que una energía intelectual tan poderosa, una actividad tan prodigiosa y un martirio tan noble no hayan de tener ricas consecuencias a la larga. Ese es el material del que están hechas las leyendas más sublimes e inspiradoras. Sólo que la leyenda de Trotsky se compone de principio a fin de hechos registrados y verdades comprobables. En ella, ningún mito revolotea sobre la realidad, sino que la realidad misma se eleva a la altura del mito." 

Isaac Deutscher -1963 1

Más de medio centenar de personas (trabajadores y estudiantes) se dieron cita para participar de las charlas-homenaje que hicimos desde el PTS y En Clave ROJA al gran maestro revolucionario. Además se presentó la primer publicación de lo que será una institución que pondremos en pie en los próximos meses: un Centro y Difusión del Marxismo y la Cultura Socialista. El material que presentamos es la “Carta a la Juventud Trabajadora” de Trotsky, un homenaje a la trayectoria política de León Sedov, que amén de ser muy emotiva -Trotsky ya estaba en México con su compañera Natalia y Sedov muere asesinado por el stalinismo en Francia- también tiene un valor histórico y político al retratar Trotsky la dura lucha que siguió la Oposición de Izquierda y los militantes de la Cuarta Internacional contra la burocratización de la URSS y por la revolución mundial.
Se invitó a los compañeros a que al final de las charlas vieran y se llevaran el material. El diario Pregón, de San Salvador, presentaba así el mismo día 20 nuestra actividad:

 

Charla sobre Trotsky

“Hoy a las 20.00, en el aula 11 de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, los alumnos de la agrupación ‘En Clave Roja -PTS’ ofrecerán una charla homenaje para conmemorar los 63 años del asesinato de León Trotsky. Los jóvenes que integran este grupo estudiantil, recordaron que el 20 de agosto de 1940, Trotsky fue asesinado por un agente stalinista en México. Señalaron que junto a Lenin, dirigió la Revolución Rusa en 1917 y se lo reconoció como uno de los más grandes teóricos del marxismo y destacaron que ‘la guerra, la revolución, la contrarrevolución -el fascismo- y la burocratización de la URSS, junto con un sinnúmero de temas analizados por él, hacen a Trotsky uno de los más grandes exponentes de la revolución en el siglo XX’.
Finalmente, el grupo ‘En Clave Roja –PTS’, con el propósito de construir una juventud revolucionaria, invitaron a todas las personas interesadas, a conocer la vasta obra de Trotsky, señalaron que ‘tuvo uno de los pensamientos más amplios, audaces y antidogmáticos de los tiempos modernos’.”

Las charlas fueron dadas en un aula de la Facultad de Humanidades el 20, y el viernes 22 en el Aula Magna del Nacional N° 1. Disertaron el compañero Demian, del PTS, y Leonardo Sosa, Licenciado en Comunicación Social. El contenido de la charla tuvo dos partes: primero un “racconto” de la trayectoria de Trotsky, una suerte de “biografía política” y luego dos aspectos importantes que marcan la continuidad revolucionaria del marxismo clásico en Trotsky: el internacionalismo y la lucha por la democracia obrera y el control obrero.
Daremos en base a las intervenciones, un resumen de lo expuesto, sumando algunas fuentes utilizadas. Los debates que se sucedieron entre los concurrentes no los reflejaremos aquí. Solamente señalaremos que había entre los compañeros trabajadores y estudiantes gran interés en una inmensa cantidad de aspectos que hicieron al –ya pasado y convulsivo- siglo XX. Desde preguntas acerca del viejo Partido Socialista de J.B. Justo en Argentina, y si ya había grupos trotskistas en esa época, hasta un interesante debate sobre la estrategia y tácticas de “focos” guerrilleros contra un estrategia de “doble poder” en la economía con las tomas de fábrica para los países de Latinoamérica, pasando por una explicación más profunda del análisis del fascismo de Trotsky en los años ’30; dando estos temas a la concurrencia una participación activa y entusiasta en los debates, que procuraremos continuar con otra serie de charlas.

A manera de “Biografía Política”

Trotsky es el pensador marxista más dialéctico de los tiempos modernos. Esto quiere decir que pudo comprender la realidad histórica, la totalidad social como un todo, con sus contradicciones inherentes. Los acontecimientos que vivió, el cambio en la etapa histórica (de un capitalismo “de libre competencia” a un “capitalismo decadente”, monopolista) marcaron su trayectoria y lo impulsaron a dar respuestas.

Desde la participación en el Soviet de Petrogrado en la primer Revolución Rusa de 1905 (una de las ciudades obreras más importantes junto con Moscú) como presidente del mismo, Trotsky inició una batalla incansable por la revolución en Rusia y a nivel mundial. De las conclusiones de los hechos de 1905 (estallidos y grandes huelgas de obreros), comenzaría a desarrollar lo que luego será la Teoría de la revolución Permanente en base a un claro análisis marxista (dialéctico) de cómo, llegados a este punto de la historia, las burguesías (y ni hablar del decadente Zarismo ruso) que no llegaron a cumplir las tareas de “su revolución” (cambio en el sistema político, reforma agraria, etc.) quedaba, por el orden y las nuevas fuerzas sociales establecidas, en manos del proletariado. “Trotsky llegaba a la conclusión de que, más allá de los flujos y reflujos, la revolución de 1905 abría para el proletariado la perspectiva de la conquista del poder. Por las tareas que tenía que resolver, la revolución rusa continuaba siendo burguesa pero por su fuerza motriz, era proletaria” 2.

 

Pasaron luego años de reacción

Junto a Lenin, del pantano de barro, sangre y destrucción de la 1er. Guerra Mundial (1914) lograron lo que hasta ese entonces no existía: un gobierno de las mayorías obreras y populares. Este mismo hecho demuestra que existe alternativa al sistema capitalista. Es un gran acontecimiento que ha quedado grabado para siempre en la historia: el primer Estado Obrero.
Trotsky no sólo cumplió nuevamente un papel dirigente en el Soviet, sino además puso en pie el primer ejército proletario, el Ejército Rojo. Nacido prácticamente de la “nada”, fue dirigido con la fuerza que expresaban las fuerzas sociales obreras y populares que habían puesto en pie el estado obrero 3. Combatieron contra 14 ejércitos imperialistas y así sostuvieron a la revolución, en espera de que el resto de Europa siguiera el mismo camino (sobretodo países desarrollados industrialmente, como Alemania que, junto a la Rusia soviética, mostraran la superioridad de la economía planificada contra la anarquía capitalista para satisfacer las necesidades de las masas). Finalmente esto no se dio y Rusia queda aislada tras un primer embate de la clase obrera contra la aguda crisis del capitalismo que había estallado.

Pese a eso, “fronteras dentro”, Trotsky continuó su labor política y teórica, en una serie de ensayos valiosos sobre la vida del pueblo ruso en el estado obrero, llamado “Problemas de la vida cotidiana”. Así también se editó su “Literatura y Revolución”, brillantes análisis marxistas sobre las escuelas artísticas y nuevas tendencias en la URSS y sobre la posibilidad o no, de que exista un “arte proletario”. Trotsky se oponía a considerarlo tal argumentando que la pelea por el socialismo sobretodo, tendría que darnos en el futuro un arte “universal”, sin connotación de clase. Dijo que en la época de decadencia imperialista es más lo que hay que destruir (el poder y dominios burgués) que construir (un arte y cultura nuevos). También debemos destacar que observó agudamente los nuevo avances en la ciencia (como el psicoanálisis), instando a que se estudien con atención.

Como dijimos, Rusia era parte de la pelea por la Revolución Permanente, por el socialismo y el comunismo, meta que sólo se puede lograr, rematar, con la revolución mundial. Hubo una primer batalla dada en la primer mitad del siglo XX (recordemos que estamos viendo los procesos en amplia escala histórica) donde el capitalismo y el imperialismo salieron golpeados, llegando a una situación de “equilibrio inestable”.
Al mismo tiempo en la URSS, la pseudoteoría del “socialismo en un solo país”, marcó el inicio de un proceso que ya anunciaba la degeneración en la URSS. Trotsky, continuador consecuente de la tradición marxista no desesperó, analizó y trató de pelear en las medidas de sus posibilidades contra el imperialismo –como creador y dirigente del Ejército Rojo- y el stalinismo. Siguió atentamente la situación europea, alertó y propuso la defensa en “frente único” contra la amenaza fascista en occidente, desarrollando “el único análisis coherente y realista del nacional-socialismo (o del fascismo en general) que puede encontrarse en la literatura marxista” 4.

 

La dirección comunista stalinizada llevó al fracaso de innumerables luchas en oriente y occidente

Hillel Ticktin propone ver la Revolución Rusa desde esta perspectiva: “El cambio de un modo de producción a otro puede llevar muchos años, y ese periodo exhibe rasgos especiales, los rasgos de una época transicional.
¿Qué sucede si el proletariado derroca al viejo orden pero no logra instalarse en el poder? ¿Qué sucede si el proletariado no puede derrocar al viejo orden pero continúa teniendo la capacidad de hacer la revolución, aunque no esté dispuesto a ello? Entonces hay un impasse. En un sentido, el proceso de movimiento hacia transformar la revolución en permanente queda congelado. Si contemplamos a la revolución permanente como un proceso y no como una categoría estática, entonces tenemos que concluir que el proceso puede verse interrumpido en cualquier punto de su desenvolvimiento. El derrocamiento del capitalismo en el transcurso de la Revolución Rusa puede ser contemplado en un contexto histórico en el cual la Revolución Rusa debe ser entendida como un derrocamiento parcial del capitalismo en su conjunto.”5

Trotsky dio la pelea contra el stalinismo. Y la batalla fue desigual, la burocracia había adquirido mucho poder; Trotsky combatió con celo dentro de la URSS hasta 1929. En el exilio, recorriendo “el planeta sin visado” hasta su asesinato en manos de un agente stalinista en México siguió peleando por la revolución y el poder obrero. Había llegado a México por ayuda de los reconocidos artistas Diego Rivera y Frida Kalo.
En México, prosiguiendo su batalla por recuperar a la URSS para la perspectiva de la revolución mundial, también analizó brillantemente México y el resto de los países de Latinoamérica, análisis que aún contemplan mucha actualidad y trascendencia para analizar la esencia de las “burguesías nacionales” y ver también cómo combatir al imperialismo en nuestros países dependientes 6.

Como síntesis: la magnitud de los acontecimientos que vivió: la primer revolución rusa de 1905 (de la cual elaboraría sus conclusiones acerca del porvenir en Rusia: la primer versión de su teoría de la Revolución Permanente la elabora en esta época), la guerra y la revolución una década más tarde, la contrarrevolución fascista que se extendería por media Europa y el análisis y pelea dada contra la degeneración burocrática en la URSS. Su pelea por el resurgir de la democracia obrera, democracia en soviets y sindicatos y el programa de Revolución Política contra Stalin junto con la creación de la 4ta. Internacional son las grandes tareas que con empeño realizó y un patrimonio a estudiar y reivindicar.

Hasta acá, sucintamente, hemos planteado cuáles fueron los más importantes hechos que hacen la trayectoria de Trotsky.

 

Dos aspectos: el internacionalismo y el control obrero de la producción

Desde el llamado de los proletarios de todos los países a unirse en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1847/48, Trotsky se inscribe en la misma posición política.
La perspectiva internacionalista de Trotsky de considerar al Estado Socialista no sólo en los límites del estado-nación, sino a escala mundial a partir del análisis de las condiciones objetivas y subjetivas de lograrlo en los países industrialmente menos desarrollados, en los cuales se hacía necesario contar con una clase obrera activa junto a una vanguardia políticopartidaria que le de curso y dirección al proletariado conciente de sí mismo, constituyen un programa político de ascenso revolucionario y caída del régimen capitalista que se contagia a escala mundial alcanzando a los países altamente industrializados. Trotsky plantea que “La revolución socialista empieza en la palestra nacional, se desarrolla en la internacional y llega a su término y remate en la mundial. Por lo tanto, la revolución socialista se convierte en permanente en un sentido nuevo y más amplio de la palabra: en el sentido de que sólo se consuma con la victoria definitiva de la nueva sociedad en todo el planeta.”  7
La concepción internacionalista fue patrimonio básico, común desde la época de Marx. La visión de Trotsky (y la de Lenin, que muere en 1924 también) era que al menos había que contar con un país industrializado como Alemania para que la planificación de la economía de ambos mostrara la superioridad contra la anarquía de la economía capitalista. Rusia salió de la guerra del 14 enormemente destruída, y tuvo que soportar 3 años de Guerra Civil, del 18 hasta 1921. Tras esto comenzó la reconstrucción de Rusia, que se encontró aislada del resto de los países. Aislamiento que dio base a la especulación en una economía destrozada y sin gente capaz de administrar el estado y las funciones de gobierno: había una amplia masa de campesinos analfabetos y lo mejor de la clase obrera y el partido bolchevique había perecido en la guerra civil. Los gérmenes de la burocracia se extendían rápidamente.
Contra el surgimiento de los parásitos burocráticos, Trotsky peleó por el restablecimiento de la democracia obrera, fiel al lema marxista “la emancipación de los trabajadores será obra de los mismos trabajadores”.

 

Sobre el control obrero

Trotsky busca una clase obrera políticamente activa, preparada para la toma del poder y la autoorganización en formas de gobierno proletario (Comité de Fábrica, Consejos Obreros, Soviet y en última instancia el Estado Obrero); convergen así estos elementos en la realización de su proyecto revolucionario en situaciones de crisis aguda del sistema capitalista, puestas de manifiesto en la debilidad de la clase burguesa y la desintegración de las instituciones del Estado Burgués.
La toma del poder, en el programa y estrategia revolucionaria de Trotsky, implica una alta madurez política de la clase obrera y la existencia de una dirección del partido revolucionario que resulta de “la fusión de la vanguardia revolucionaria del proletariado y la intelligentzia marxista” 8, puesto que para Trotsky la revolución “es por de pronto y sobre todo una cuestión de poder, no de la forma de Estado (Asamblea constituyente, república, Estados unidos) sino del contenido social del poder”.9
De ahí que Trotsky deposite su energía reflexiva en la independencia de la conciencia proletaria y expresa que: “(...) el proletariado tiene que ver claramente su camino y recorrerlo conscientemente. Sobre todo tiene que estar horro de ilusiones. Y la peor ilusión del proletariado ha sido siempre, durante toda su historia, la esperanza en otros.” 7

Interesa aquí el pensamiento de Trotsky porque sobretodo constituye una teoría política concreta de la “dictadura del proletariado” y el Estado Obrero, que resulta de una perspectiva de la revolución como proceso de lucha internacional hacia la victoria del proletariado mundial y la constitución de la sociedad socialista.
Partiendo de la premisa de que “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”, se tiene que la Revolución es por lo tanto una tarea histórica a la que están llamados los explotados y oprimidos por el capitalismo. Es un proceso de lucha y de conciencia, es la suma de todas las formas de resistencia a la explotación, enajenación y alienación del capitalismo en las esferas de la producción, la cultura y la educación. Es, por lo tanto, un avance del Poder Proletario, del poder de la fuerza de trabajo en contra del capital. Y ese poder revolucionario significa la caída del Estado Burgués y el régimen de explotación capitalista que dará lugar al Estado Obrero en transición a una sociedad sin clases.

 

El poder obrero

¿Por dónde comienza la Revolución? Por quienes quieren la revolución y cuentan con el poder para ello: el Proletariado.
El sujeto histórico de la lucha de clases contra la burguesía es la clase obrera, el asalariado, el trabajador industrial y fabril, el despojado de sus medios de producción, el explotado en sus condiciones materiales y espirituales de vida, puesto que “... la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios”.
El capitalismo se basa en la relación social de producción entre el capital y la fuerza de trabajo, y en la subversión de esa relación es donde se encuentra el poder del proletariado a través de la expropiación de los medios de producción del capital. Es ahí donde se inicia – y no termina - el colapso del sistema capitalista, puesto que “La conquista del poder por el proletariado no significa el coronamiento de la revolución, sino simplemente su iniciación.”
La estrategia política en Trotsky considera una serie de factores determinantes para desencadenar el proceso revolucionario: una clase obrera activa y una vanguardia revolucionaria. Ambos, organizados bajo la forma unificada de un Partido Revolucionario de la Clase Obrera, el cual le confiere dirección a la lucha obrera para imponer la “dictadura del proletariado”, un Estado Obrero.
La madurez de conciencia de clase del proletariado, la conduce a tomar el control obrero de
la producción como parte de la estrategia de toma del poder: “El control obrero, en consecuencia, solamente puede ser logrado en las condiciones de un cambio brusco en la correlación de fuerzas desfavorable a la burguesía por la fuerza, por un proletariado que va camino de arrancarle el poder, y por tanto también la propiedad de los medios de producción. Así pues, el régimen de control obrero, un régimen provisional y transitorio por
su misma esencia, sólo puede corresponder al período de las convulsiones del Estado burgués, de la ofensiva proletaria y el retroceso de la burguesía, es decir, al período de la revolución proletaria en el sentido más completo del término”10. El control de la producción se encuentra en manos de los trabajadores. Pero esto significa que aún la propiedad y el derecho a enajenarla continúan en manos de los capitalistas.

Hasta aquí el "control obrero de la producción" no supone la propiedad y el derecho sobre los medios de producción, ni tampoco el control sobre el capital, sino que se trata de tan solo "la subordinación de la burocracia del trabajo al capital."
“Los obreros no necesitan el control para fines platónicos, sino para ejercer una influencia práctica sobre la producción y sobre las operaciones comerciales de los patronos. Sin embargo, esto no se podrá alcanzar a menos que el control, de una forma u otra, dentro de ciertos límites, se transforme en gestión directa. En forma desarrollada, el control implica, por consiguiente, una especie de poder económico dual en las fábricas, la banca, las empresas comerciales, etc.”
El salto del ‘control’ a la ‘gestió’ obrera de la producción, a través de los Consejos de Fábrica (forma organizativa de los trabajadores fabriles), implica no solo el control de la producción en los limites de la fábrica individual, sino que se hace extensiva hacia todo el proceso económico general del capitalismo (fábricas, ramas industriales, la banca, las empresas comerciales, etc.). Siendo su forma de control y gestión general de todo el proceso económico, la expropiación de los medios de producción de manos de la burguesía
y el curso inevitable hacia la toma del poder.
“¿Qué régimen estatal corresponde al control obrero de la producción? Es obvio que el poder no está todavía en manos de los trabajadores, pues de otro modo no tendríamos el control obrero de la producción, sino el control de la producción por el estado obrero como introducción a un régimen de producción estatal basado en la nacionalización. De lo que estamos hablando es del control obrero bajo el régimen capitalista, bajo el poder de la burguesía (...). El control obrero, en consecuencia, solamente puede ser logrado en las condiciones de un cambio brusco en la correlación de fuerzas desfavorable a la burguesía por la fuerza, por un proletariado que va camino de arrancarle el poder, y por tanto también la propiedad de los medios de producción. Así pues, el régimen de control obrero, un régimen provisional y transitorio por su misma esencia, sólo puede corresponder al período de las convulsiones del Estado burgués, de la ofensiva proletaria y el retroceso de la burguesía, es decir, al período de la revolución proletaria en el sentido más completo del término”
El curso de la revolución proletaria desemboca en la supresión del régimen capitalista burgués y la implantación de la dictadura del proletariado que se expresa en un régimen democracia directa

En nuestro país, desde el 2001 hemos visto, en medio de la crisis económica más grande las últimas décadas, con el “corralito” y las manifestaciones que hicieron volar por los aires al gobierno a De la Rúa y Cavallo, cómo decenas de fábricas se pusieron bajo control de los trabajadores al ser abandonadas por sus patrones o al quedar quebradas.
De las experiencias más avanzadas, son los casos de Zanón (pcia. de Neuquén) y Brukman en Capital Federal, fábrica actualmente desalojada. Estas son pequeñas muestras del poder de la clase obrera, clase que puede actuar como “eje” articulador del conjunto de los sectores sociales: desocupados, trabajadores del estado, jóvenes, campesinos, etc.
La perspectiva resulta de avanzar en poder transformar ese “doble poder” en la economía, poder alternativo al del capitalismo, en un “doble poder” político, es decir en la organización de la clase obrera como sujeto de acción conciente.

Para terminar la exposición y abrir el debate, nosotros creemos que el estudio de la teoría y la política de Trotsky conserva plena vigencia, son útiles e importantes guías para encarar la necesidad de que la juventud, y sobretodo la juventud de la universidad, como futuros intelectuales, busquemos un camino de confluencia y de colaboración con la clase trabajadora. Esa es nuestra apuesta e invitación que les hacemos.

Cerramos con un breve pasaje de Trotsky que marca nuestras perspectivas hoy:
"es indispensable y urgente separar los medios de producción de sus actuales propietarios parásitos y organizar la sociedad de acuerdo a un plan racional. Entonces será realmente posible por primera vez curar a la sociedad de sus males. Todos los que sean capaces de trabajar deben encontrar un empleo. La jornada de trabajo debe disminuir gradualmente. Las necesidades de todos los miembros de la sociedad encontrarán la posibilidad de una satisfacción creciente. Las palabras ‘pobreza’, ‘crisis’, ‘explotación’, saldrán de circulación. La humanidad podrá cruzar finalmente el umbral de la verdadera humanidad." 11

 

1. En Trotsky, el profeta desterrado [1929-1940], p. 460, México, Ediciones ERA, 1979 (4ta. Ed.).
2. En “Presentación” a La teoría de la Revolución Permanente (compilación) p.9. Bs. As. Ed. CEIP León Trotsky, 2000.
3. Ver Cuadernos del CEIP N° 2. “Trotsky trabajó con todo el partido en la obra de formación del Ejército Rojo. No hubiera podido realizar esta tarea sin el partido. Pero sin él, la creación del Ejército Rojo y sus victorias hubieran exigido mayores sacrificios aún. Nuestro partido pasará a la historia como el primer partido proletario que ha logrado crear un gran ejército y esta página brillante de la revolución rusa permanecerá ligada siempre al nombre de León Davidovich Trotsky, el nombre de un hombre cuya obra y su realización reclamarán no solamente amor sino el estudio científico de parte de la joven generación de trabajadores que se preparan para la conquista del mundo entero”. “León Trotsky, el organizador de la victoria”, por Karl Radek –escrito previo a su capitulación- (p. 55).
4. En Trotsky, el profeta desterrado [1929-1940], p. 130, México, Ediciones ERA, 1979 (4ta. Ed.). Deutscher dice que la serie de libros y artículos que desarrolló “transcurridos treinta años, algunas de sus ideas pueden parecer verdades evidentes; pero todas fueron herejías cuando él las postuló. En lo fundamental, su visión del nazismo ha conservado frescura y originalidad…” pp. 129-130.
5. H. Ticktin, “Las ideas de Trotsky hoy en día”, ponencia en el taller "Trotsky como alternativa" realizado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA en el marco de las V Jornadas de Sociología, en noviembre del 2002.

6. Recomendamos ver todo Escritos Latinoamericanos de Trotsky. Ed. CEIP León Trotsky (2da. ed.), 2000.
7. Trotsky L., La revolución Permanente, “Tesis fundamentales”.
8. La Revolución permanente. Tesis V. Citado en “La Historia del Marxismo...”Albamonte, Emilio y Sanmartino, Jorge. En Estrategia Internacional Nº 10 Nov./Dic. 1998.
9. Trotsky L., Teoría de la Revolución permanente. “La Lucha por el Poder”
10. Trotsky, León. El control obrero de la producción. (1931), en www.marxists.org/espano/trotsky/1930s/08_31.htm.

11. En “El marxismo y nuestra época”, 1939. Tomado de Naturaleza y dinámica del capitalismo y la economía de transición, ed. CEIP LT., Bs. As. 1999.