Como planteamos en la entrega anterior, la lucha por la construcción de la IV Internacional se volvió una tarea central para los trotskistas en los años 30; los preparativos de una nueva guerra imperialista y el ascenso revolucionario de masas, la tornaban urgente.
En mayo de 1935 Trotsky da a conocer la Carta abierta por la creación de la Cuarta Internacional. “Los nuevos partidos y la nueva Internacional deben construirse sobre bases nuevas1: esta es la clave que permitirá realizar todas las demás tareas. El ritmo de la nueva construcción revolucionaria y el momento de su consumación dependen evidentemente del rumbo general de la lucha de clases, de las futuras victorias y derrotas del proletariado. Los marxistas, empero, no son fatalistas. No descargan sobre el ‘proceso histórico’ las tareas que el propio proceso histórico les plantea. La iniciativa de una minoría consciente, un programa científico, agitación audaz e incesante en nombre de objetivos claramente formulados, crítica implacable a todas las ambigüedades: tales son algunos de los factores más importantes para la victoria del proletariado. No se puede concebir la revolución socialista sin un partido cohesionado y con temple de acero. Las circunstancias son difíciles; los obstáculos, grandes; las tareas, colosales; pero no existe el menor motivo para caer en el pesimismo ni para descorazonarse. A pesar de todas las derrotas del proletariado, el enemigo de clase sigue en una situación desesperada”.
La carta llama “a todos los partidos, organizaciones, fracciones, tanto dentro de los viejos partidos como dentro de los sindicatos, a todas las asociaciones y grupos obreros revolucionarios que compartan los principios fundamentales y la gran tarea que hemos expuesto -la preparación y construcción de la Cuarta Internacional- a añadir sus firmas a esta Carta abierta2, y a hacernos llegar toda propuesta o crítica que estimen oportuna”.
Entre el 29 y el 31 de julio de 1936 se reunirá la Conferencia Internacional clandestinamente en París. Allí Trotsky propuso la fundación de la IV, la conferencia creó el Movimiento pro Cuarta Internacional. Sus tesis centrales fueron: El nuevo ascenso revolucionario y las tareas de la Cuarta Internacional3. Allí se analiza la situación mundial, particularmente la francesa, las políticas de las direcciones de la clase obrera, el Frente Popular y la política internacional de la URSS. Y concluye en que la clave de la suerte de los procesos revolucionarios en curso en Europa “es la cuestión de la dirección revolucionaria”.
---------------------------------------------------------------------
1 El VII Congreso, llamado por Trotsky el Congreso de liquidación de la Comintern en agosto de 1935 daría mayor fundamento a este llamado al sellar definitivamente el rumbo de la III Internacional. En él, se establecía la necesidad “de la sólida unidad de todas las fuerzas ‘democráticas’ y ‘progresistas’, de todos los ‘amigos de la paz’… para la defensa de la Unión Soviética por un lado y de la democracia occidental por el otro”. La firma del pacto franco-soviético fue la coronación de esta línea. Además, el VII Congreso otorgó fuerza de ley y extendió a todos los países el viraje de ciento ochenta grados del Partido Comunista Francés hacia el Frente Popular.
2 La Carta Abierta fue firmada por P.J Schmidt y H. Sneevliet, por el Partido Socialista Revolucionario de los Trabajadores de Holanda; A.J. Muste y James P. Cannon, por el Partido Obrero de Estados Unidos; Crux (Trotsky), Dubois (Ruth Fischer) y Martin (Alfonso Leonetti), por el Secretariado Internacional de la LCI; el Grupo Bolchevique-Leninista (GBL), de Francia y J. MacDonald y M. Spector, por el Partido Obrero de Canadá.
3 En Escritos de León Trotsky, CEIP