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Boletín Anual (2008)

Informe sobre la India

Informe sobre la India

12 de marzo de 1939

Sherman Stanley

 

Carta a Trotsky (5265) con el permiso de la Houghton Library. Sherman Stanley estaba dentro de la YPSL y del SWP, el pseudónimo militante de Stanley Plastrik (1915-1981) que se había especializado por cuenta propia en las cuestiones de la India. 

 

Querido Camarada Trotsky,

Aprovecho esta ocasión para escribirle un informe sobre los recientes acontecimientos en el movimiento revolucionario indio que, creo, será de gran interés para usted. Mi razón es simple. India está tomando una importancia creciente en la historia del mundo y presenciamos el inicio del tercer gran movimiento de masas, que barrerá este país desde la guerra mundial. Quisiera decirle que quizás es el movimiento colonial más importante de hoy –el único que tenga las mayores posibilidades de triunfo.

En Nueva York, mi interés por la India se transformó en una suerte de “entretenimiento habitual”, pero creo que la manera en que seguí de cerca los acontecimientos ahora está justificada. Probablemente usted notó que la New York Times consideró la última reunión del Congreso tan importante que envió a su principal corresponsal europeo, F.T. Birchall, hasta allí para cubrirlo. ¡Y se sabe que el Times tiene buen olfato!

Quisiera darle cuenta brevemente de tres cuestiones:
1) Las tendencias recientes en la propia India; 2) Mis lazos personales –tal cuál son– con la India directamente y con los obreros indios en Estados Unidos y 3) Lo que específicamente puede hacer la IV° Internacional sobre esto. Tengo un cierto número de ideas precisas.

Los acontecimientos actuales en la India pueden clasificarse en dos rubros. En primer lugar, los movimientos de masas de los obreros y campesinos en las provincias británicas, en los Estados indios, etc. En segundo lugar, la lucha que tiene lugar en este momento entre las diferentes tropas dentro del Congreso nacionalista indio.

Los obreros: una serie de huelgas esporádicas, no coordinadas, pero militantes, se están desarrollando en este momento. Estas huelgas afectan las industrias de punta y la vanguardia proletaria de la India participa de ellas. Los obreros del yute de Calcuta, los estibadores en todos los puertos, los obreros textiles de Bombay y de Ahmedabad, los mineros del carbón y del hierro, los ferroviarios, los obreros agrícolas, etc., todos estos oficios recientemente han hecho huelga. 1938 ha sido para la India el año de las mayores huelgas industriales, pero 1939 promete superarlo aún más.

Hasta ahora estas huelgas apuntaban a reformas económicas. Hubo algunas huelgas de brazos caídos. En general son dirigidas por sindicalistas militantes bajo la dirección del Trade-Union Congress unificado de la India. Su mayor debilidad radica en su desorganización y en su falta de apoyo nacional. Un factor importante es que los obreros hacen huelga tanto contra los capitalistas británicos como contra los indios, sin dudarlo.

Con toda certeza puede decirse que el proletariado indio que apareció recientemente está mejor organizado que nunca antes, que tiene lazos estrechos con el campesinado y que está preparado –bajo una dirección marxista– para asumir su rol dirigente.

Los campesinos: los Kisan Sabhas (uniones campesinas) pan-indias abarcan a millones de campesinos. ¡En una sóla provincia británica (Bihar) hay medio millón de campesinos organizados que podrían, en el momento decisivo, reagrupar tras de sí a cinco millones de campesinos! Incluso los campesinos están en mayor movimiento que los obreros. La prensa de la India está llena de informes sobre las conferencias, marchas, manifestaciones, acciones campesinas, etc.

Las reivindicaciones de las uniones campesinas se limitan actualmente a reformas radicales típicas de los movimientos campesinos. La reducción del 50% de la renta, el levantamiento de la pesada carga de las deudas, la liquidación de los privilegios feudales de los landlords, etc. La consigna de “La Tierra a los campesinos” todavía no es levantada por los sindicatos. El Congress Socialist Party –que está directamente ligado al movimiento campesino– levanta esta consigna, junto a la de la “abolición del landlordism” en su programa. Pero únicamente en el papel y no la utiliza en su agitación.

Los campesinos entraron cada vez más en conflicto con los ministerios del Congreso que dirigen en ocho de las once provincias. Estos ministerios adoptan unánimemente leyes agrarias que favorecen a los landlords. Es significativo que la lucha campesina más seria, se desarrolle ahora en la provincia del Bihar donde gobierna un ministerio del Congreso de derecha. Esta lucha de 20.000 campesinos está dirigida por un socialista del Congreso y es la batalla de vanguardia de los campesinos de la India. Indirectamente es una lucha por la tierra, porque los landlords de este distrito intentan expulsar a los campesinos que rechazan irse. De esto resultan grandes choques, y no se sabe aún que saldrá de esto.

El movimiento campesino cree aún oficialmente en la “no-violencia”, pero esta doctrina reaccionaria podría fácilmente ser derribada. Es una implantación puramente artificial de los agentes del Congreso pequeño-burgueses y no es tomada seriamente por las masas campesinas. Los 300 millones de campesinos de la India quieren tomar las tierras y están muy por delante de sus “dirigentes”. Constituyen una fuerza de reserva increíblemente poderosa para la revolución india, sobre todo en las Provincias Centrales y en las Provincias Unidas donde son muy militantes y anti-Gandhi. Otra vez, con una dirección bolchevique, barrerían todo el país con su acción de masas.

Los Estados nativos

Es éste quizás el aspecto más sorprendente del actual ascenso del movimiento indio. Después de haber dormitado, en algunos casos durante siglos, el pueblo de estos Estados feudales (cuya mayoría aplastante son campesinos, artesanos de pueblo y obreros artesanos, con un ínfimo número muy esparcido de proletarios modernos en los Estados más avanzados como el Hyderabad) se han levantado en masa contra los maharajah feudales impotentes. El Congreso siempre los ignoró, jugando así el juego de los británicos. Sin embargo, los socialistas y los nacionalistas de izquierda se han ocupado de ellos, y organizaron lo que llaman el Congreso del pueblo de los Estados. El restringido programa de estos movimientos se limita a las reivindicaciones democráticas bajo el título general de “gobierno responsable”, que significa una seria restricción de los poderes absolutos del soberano sostenido por las tropas británicas. Este movimiento creció tan rápido que la derecha del Congreso y Gandhi tuvieron miedo de las medidas para ponerle fin. Era una de las razones del último “ayuno” de Gandhi.
 Una conferencia acaba precisamente de realizarse en Lhudiana, en la que delegados de los diferentes Estados indios organizaron un Congreso del pueblo de los Estados, central para toda India. Su objetivo es coordinar las diferentes luchas aisladas que se desarrollan en el momento, pero, lamentablemente, está dominado por los elementos de derecha del Congreso. Sin embargo, lo que quiero subrayar es que este movimiento de 81 millones de hombres de los Estados constituye un desarrollo único en la historia india y traduce la profundidad del sentimiento revolucionario.

El Congreso nacionalista indio

 El Congreso nacionalista cuenta ahora con un efectivo de 4.500.000 de obreros, campesinos, pequeño-burgueses, estudiantes, etc. Una confusa lucha ideológica se ha desarrollado allí durante un cierto tiempo, en la que la pequeñoburguesía de la derecha salió victoriosa en la última sesión del Congreso en Tipuri. El programa de la derecha es claro: poner fin al ascenso campesino y obrero conduciéndolo a un impasse. Ésta es la tarea particular de Gandhi. Elaborar la nueva Constitución británica; obtener concesiones para la débil clase capitalista india. La formulación más elevada del programa de la derecha es la consigna de "Purna Swaraj” (autonomía). Se trata de una utopía reaccionaria en la medida en que el conjunto de la política británica en la India descansa en el mantenimiento del país bajo la forma colonial pura. El desarrollo de la India según las líneas de Canadá o de Australia está absolutamente excluido.

Los ministros del Congreso de la derecha se han aislado considerablemente de las masas obreras y campesinas por su política cada vez más reaccionaria. No es necesario describir esto en detalles; basta con dar el ejemplo del ministerio del Congreso de Bombay que recientemente dio una calurosa bienvenida a Lord Linlithgow, el Virrey, cuando visitó Bombay. Se ganaron el odio de las masas por sus acciones que son cada vez más las de una burguesía compradora servil.

La fermentación en el Congreso encuentra su expresión en el desarrollo de la izquierda que consiste esencialmente en el Congress Socialist Party y en una importante fracción de los nacionalistas de izquierda independientes.

El Congress Socialist Party es indiscutiblemente el desarrollo político más importante de la India. Fue organizado hace cuatro años y medio por un grupo de ex gandhistas que se desilusionaron por la traición de Gandhi. Cuenta con 1.500.000 miembros y está organizado independientemente y por fuera del Congreso, aunque haga de la pertenencia al Congreso una condición previa para la adhesión al partido. Tiene su propia prensa inglesa e india y pudo funcionar democráticamente dentro del Congreso. Es más un bloque de fuerzas de izquierda heterogéneas que un partido organizado. Tiene en sus filas obreros, campesinos, nacionalistas de izquierda, estudiantes, etc. Su dirección está en manos de “radicales” pequeño-burgueses cuya gran mayoría, estoy convencido, son sacrificados, sinceros y llenos de buena voluntad, pero confundidos. Organizativamente, es independiente de la burguesía india, como lo demuestra el hecho de que, en todos lados, presentó candidatos en oposición a los candidatos de Gandhi de la derecha en las elecciones de delegados en la última sesión del Congreso. Políticamente, sin embargo, su programa es claramente un programa de adaptación a la derecha del Congreso y de excusas a la traición de los dirigentes del Congreso. En las filas de este gran partido centrista se reflejan todas las corrientes contrapuestas de la política india. El objetivo concreto de los gandhistas es destruir este partido, excluyéndolo si es necesario.

La dirección del Congreso por Gandhi está amenazada por una acción de los delegados que han vencido su candidato para la presidencia, y elegido a Bose –el nacionalista “de izquierda”. Gandhi –que en mi opinión es el hombre político más perspicaz y más inteligente producido por el Medio Oriente– comenzó inmediatamente con una política que buscaba obligar a la izquierda a capitular, enviándole amenazas y ultimátum. Nehru fue el primero en alinearse, Bose lo imitó rápidamente. Toda la prensa de izquierda, incluso los royistas, los socialistas y los stalinistas, entonó el himno de la “unidad nacional”. Gandhi salió temporalmente vencedor porque la “izquierda” se rebajó miserablemente. Sin embargo, los informes sobre la sesión del Congreso indican claramente que no sólo la lucha continúa, sino que va a agudizarse y quizás incluso terminar en una escisión. Esta escisión será dirigida por la parte revolucionaria del Congress Socialist Party.

Es importante advertir el aumento de la influencia stalinista en los últimos días. Numerosos dirigentes campesinos y obreros –influenciados por su rostro de “izquierda” desde el pacto de Munich– se han unido al partido comunista. Un análisis de las recientes elecciones municipales en Bombay –gran ciudad industrial– lo revela. Éstos son los resultados:
Congreso: 54 elegidos, mayoría absoluta del consejo. 4 de los 54 son socialistas del Congreso, entre ellos M.R. Masani y Yussuf Meherally, ambos secretarios del partido.
Las organizaciones comunales reaccionarias tienen 22 electos.
Los “independientes” 26.

El partido comunista, declarado ilegal por el Congreso en Bombay, presentó cuatro candidatos independientes y todos fueron elegidos. Eran candidatos en los barrios obreros y han sobrepasado los candidatos del Congreso. Uno de ellos obtuvo 11 000 votos, el mejor resultado de todos los candidatos.

Teniendo en cuenta informes actuales, puede decirse que el inevitable movimiento de masas que se aproxima estará bajo la “dirección” de los elementos de la derecha del Congreso, la izquierda irá a la cola de ellos. Pero esto equivale a decir, estoy seguro de ello, que está vencido de antemano y este es el hecho brutal, a menos que intervenga el factor revolucionario. Y entonces, aquí llegamos a las cuestiones inmediatas, prácticas.

*

Los lazos de nuestro movimiento con la India son trágicamente delgados, por lo que pude saber. Es por esto que creo tan necesario tomar medidas para que nuestra Internacional sepa que un gran movimiento de masas se está desarrollando y que debemos hacer algo más que comentarlo por escrito. ¡La guerra civil española ha terminado, otra comienza!

Mis lazos personales con el movimiento han progresado un poco este último tiempo. Me escribo con los dirigentes del Congress Socialist Party y me esfuerzo por presentarles nuestras ideas, al mismo tiempo que critico severamente sus fracasos y sus errores fundamentales. Mis artículos en N.I. han sido muy leídos y discutidos, el Congress Socialist imprimió un artículo mío y acabo de enviar otro, más franco, que estoy seguro van a publicar. Creo que es lo mejor que puedo hacer en las circunstancias dadas.

Además acabo de reclutar para nuestro partido a un miembro dirigente de la comunidad obrera india local. Este hombre dirige un club de obreros indios locales que, aunque de reciente data, ya tiene 260 miembros. Es un hombre de gran experiencia en el movimiento revolucionario –conocía bien a Saklatvala, M.N. Roy (al que odia) y a Chattopadhyaya. Es un verdadero triunfo para nuestro partido y me dio la posibilidad de llegar directamente a 15.000 obreros indios que viven en Estados Unidos. Piensa volver próximamente a la India para una visita de tres meses y puede prestarnos un gran servicio.

Todo esto no constituye por supuesto un sustituto que nos exime de abordar directamente el problema.

La solución real está en manos de nuestra sección inglesa. Lamentablemente parece haberse dormido en el trabajo.

En Inglaterra hay un miembro de la sección que es indio. Es un amigo de C.L.R. James y es conocido como un camarada capaz. Sin embargo, cuando le escribí en dos oportunidades planteándole estos problemas, ni siquiera me respondió. ¡Nuestro periódico inglés, Workers Fight, en su último número, tenía un largo artículo sobre las colonias que no mencionaba ni una sola vez a la India! Al leerlo, no lo podía creer, e inmediatamente escribí una carta de protesta al comité de redacción. Está claro para mí que un movimiento en la India sacudirá necesariamente a los obreros ingleses y que ahora es el momento de prepararse para ese despertar con una educación elemental. ¿Quién más sino los obreros ingleses podrá detener el envío de tropas y de municiones por Chamberlain? Sin embargo, nuestros camaradas ingleses parecen dormir y dejan que la I.L.P. británica actúe.

Es por esto que, entre las acciones concretas que podemos resolver, propongo la de enviar a un camarada competente y altamente calificado a la India. Creo que esto debe venir de Inglaterra. En segundo lugar, debemos contraer relaciones con el grupo recién fundado en Bombay, del que usted recibió un informe. Estos camaradas –si su proyecto de declaración puede ser un indicio– tienen una actitud sectaria y sin duda, necesitarán ser dirigidos directamente. En lo que a mí respecta, los apresuraré para que se unan al Congress Socialist Party y para que trabajen en sus filas para hacer progresar la IV° Internacional. Creo que es lo único correcto que pueden hacer en este momento.

Además, para nuestra dirección internacional es necesario ser una dirección viva y tener conciencia de que se anuncian serios acontecimientos en la India. ¡No digo que sea de una importancia primordial, naturalmente, pero esto podría hacerse antes de que pasen seis meses! Tengo la profunda convicción de que hay que hacer algo concreto lo antes posible.

Permítame concluir expresando mi certeza personal de que podrían ser las masas de alguno de los países coloniales de Medio Oriente (India, Ceilán, Indochina) que, por su acción intransigente, produzcan la chispa que volverá a poner en pie al proletariado europeo. La IV° Internacional debe acordarle más atención específica a Medio Oriente en general y a la India en particular.

Espero que encuentre el tiempo suficiente para responder a algunas de las cuestiones aquí planteadas.