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Boletines y Cuadernos

La táctica de entrismo en Trotsky y la construcción del partido revolucionario

La táctica de entrismo en Trotsky y la construcción del partido revolucionario

En diciembre pasado, el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones "León Trotsky" publicó en formato digital "Escritos de León Trotsky", basado en la versión impresa de la desaparecida editorial Pluma. La importancia que atribuimos a este CD, reside en que a principios de este nuevo siglo dichos trabajos se encontraban agotados en español, siendo que es en "Escritos" donde están reunidos la mayor cantidad de artículos que Trotsky dedicó específicamente a la cuestión de la construcción de la Oposición de Izquierda Internacional y (luego de la ruptura con la Comintern) del combate por la fundación de la IV Internacional durante la tumultuosa década del `30. El análisis y las conclusiones que expreso en esta nota son el resultado de mi investigación sobre la táctica de entrismo en la formulación de Trotsky.

Por Andrea Robles con la colaboración de Andrea Polaco

Desde 1923, cuando la Comintern comenzó a alejarse de la senda revolucionaria, y hasta 1933, Trotsky se dio la tarea desde su rol dirigente de reformar la Comintern organizando la Oposición de Izquierda. La formación de la Oposición estuvo signada por la selección de los revolucionarios mediante una clara diferenciación ideológica y la propaganda de los principios. El impacto que provocaría en las masas rusas una revolución en Occidente permitiría derrotar al stalinismo, sin necesidad de una revolución política, y para esta perspectiva se preparaba Trotsky. Por eso, los acontecimientos alemanes y la necesidad de un triunfo revolucionario para liquidar el peligro del nazismo constituían, para él la situación clásica para emprender una reforma si éste se consumaba. Y es que la situación planteada en Alemania se expresaba como el "eslabón débil de la cadena". Las contradicciones abiertas posteriores a la primera guerra mundial entre los distintos imperialismos y, concretamente, luego de la crisis económica mundial abierta en el ´29, plantearon en el terreno de la lucha de clases enfrentamientos decisivos en Alemania. Por esta razón, éstos tendrían consecuencias para el conjunto de la vanguardia internacional. En su lucha por el triunfo revolucionario del proletario alemán, Trotsky daría una última oportunidad a la Comintern de corregir su política. Sin embargo, la desastrosa política del PC alemán que permitió el triunfo del nazismo, fue completamente ratificada posteriormente por la Comintern. A partir de esta gran traición, Trotsky consideró terminada la etapa de regeneración de la Comintern y llamó a la construcción de nuevos partidos y una nueva internacional junto a la necesidad de luchar por la perspectiva de una revolución política en la URSS.

Por la construcción de nuevos partidos y la IV Internacional

Trotsky fue y sigue siendo atacado por su supuesto "sectarismo". Por el contrario, como intentaremos demostrar en el ejemplo de la construcción del partido revolucionario, nada más alejado de su pensamiento que la construcción de partidos-sectas, aislados de la realidad de la lucha de clases y las tendencias más progresivas de la vanguardia.Quienes atacan a Trotsky de "sectario" en realidad atacan el contenido revolucionario de su estrategia, es decir, van siempre al centro de los que fueron sus aspectos más fuertes: la inflexibilidad en los principios y el programa revolucionarios. Continuando a Lenin en su intransigencia ideológica y flexibilidad táctica, junto a las enseñanzas de la construcción del partido Bolchevique, Trotsky realizó aportes muy importantes a la dialéctica clase-partido-dirección bajo el influjo de una situación agudizada de la lucha de clases y de la decadencia imperialista nunca antes vista. Nos referimos a la exacerbación de las disputas imperialistas, crisis económica mundial, situaciones revolucionarias en Europa con el movimiento obrero dirigido por dos grandes aparatos contrarrevolucionarios, la socialdemocracia y el stalinismo que basaba su fuerza en la conquista del primer estado obrero, que caracterizaron la década del `30. Estos últimos factores hacían mucho más tortuoso el camino de los revolucionarios hacia las masas.

Trotsky percibió, como nadie, la aparición de un nuevo fenómeno político, luego del triunfo del nazismo en Alemania en 1933: el centrismo de masas. Y analizó la dinámica de las tendencias y grupos centristas (esto es, que oscilan entre la reforma y la revolución) que surgen como resultado de la crisis en los grandes partidos reformistas provocada por la orientación a la izquierda que asume el movimiento de masas (es decir, en momentos de enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución) y el modus operandi de los revolucionarios para intervenir en dichos fenómenos. "La Internacional revolucionaria no se puede formar de otro modo que a través de la lucha constante contra el centrismo. En estas condiciones, la intransigencia ideológica y una política flexible de frente único son los dos instrumentos para lograr el mismo objetivo".En los años treinta, estas tendencias y grupos centristas se expresaron, en palabras de Trotsky, "con todos los colores del arco iris".

Resultado del triunfo del nazismo en Alemania, las masas europeas comenzaron a tomar conciencia del peligro que pendía sobre sus cabezas y se dispusieron para el combate en defensa de sus conquistas democráticas estrechamente ligadas a la revolución social para lograrlo, como sucedió en Francia y, más aún en España. Las masas se orientaban hacia la izquierda dando lugar, fundamentalmente al surgimiento de tendencias radicalizadas de decenas de miles de obreros y en la juventud de los partidos de la II Internacional4 y, por otro lado, el desprendimiento de grupos centristas de izquierda que rompieron con la III Internacional. Muchas de estas tendencias expresaron su simpatía por las ideas y el programa trotskistas, como demostraremos a renglón siguiente.

España: la gran oportunidad perdida

Así lo expresaba, para dar un ejemplo, un artículo del periódico "Renovación" de la juventud del Partido Socialista Español: "Obrando como hasta ahora, como ha obrado el trotskismo en la Internacional Comunista, se conseguirá desbancar las desviaciones del marxismo. Si de alguien podíamos tomar ejemplo para esta posición, nadie mejor que de León Trotsky"5. La juventud socialista española marchaba con carteles de Trotsky llamando a los oposicionistas a ingresar a sus filas para que éstos les enseñaran el arte de la revolución y a discutir la lucha por la IV internacional. En Francia, las masivas manifestaciones callejeras habían obligado a las direcciones de la II y la III internacional al llamado del frente único6.

Esta situación planteaba condiciones excepcionales para la construcción de fuertes partidos revolucionarios y la IV Internacional.

Trotsky, audazmente, planteó a los oposicionistas de izquierda, que la única vía para penetrar e influir en las masas bajo esas condiciones era ingresar a los partidos socialistas. Debían tomar posición orgánica (como fracciones bolcheviques) en el frente único ya que los grupos de la oposición estaban imposibilitados de jugar un rol dirigente independiente debido a su debilidad organizativa.

La finalidad del entrismo era disputar las alas izquierdas de los partidos de la II Internacional frente a su dirección reformista, convenciéndolas de las tareas inmediatas planteadas por la lucha de clases y de la necesidad de construir un nuevo partido, realmente revolucionario, formando la IV Internacional. Es decir, el entrismo era para Trotsky una operación táctica al servicio de la estrategia de construcción del partido revolucionario. El trabajo de los revolucionarios, por medio del entrismo, persigue el objetivo de arrancar a los sectores más avanzados, en el preciso momento que éstos son la expresión de la oscilación a la izquierda de las masas -mediante la experiencia común "desde adentro"-, de la influencia de las direcciones reformistas, hacia la construcción del partido revolucionario, no bien cambia el sentido de la oscilación (es decir, que incluye la ruptura cuando las direcciones consuman la traición a las masas).

Esta política, conocida como "el giro francés", hizo crujir a los pequeños grupos de la Oposición. Quienes atacan a Trotsky por "sectario" se sorprenderían de las acusaciones de "oportunismo" que recibió por aquel entonces por parte de la mayoría de los dirigentes de la Oposición y las organizaciones centristas que hasta ese momento habían proclamado su adhesión a la lucha por la construcción de la IV Internacional (como la OSP holandesa, el SAP alemán, etc.). Consideraban el entrismo una capitulación a la II Internacional, al mismo tiempo que la disolución del "partido", es decir, una ruptura con los principios básicos del marxismo.

Trotsky combatió a estos dirigentes planteando, en primer lugar, que un conjunto de ideas generales correctas no daban lugar a un partido revolucionario si éste no lograba fundirlas y transformarlas en fuerza material apoyándose en las tendencias radicalizadas del movimiento de masas. La lucha contra el reformismo era más irreconciliable que nunca, pero había que saber cómo lograr este objetivo en cada situación concreta, eligiendo los medios de lucha y en consonancia con la fuerza de los revolucionarios, única forma de construir la IV Internacional. El sectarismo, apelando a verdades generales, evitaba de esta forma el enfrentamiento directo y frente a las masas con las direcciones reformistas. Inevitablemente, esto escondía un profundo oportunismo, por omisión, que se iba a demostrar abiertamente en la intervención en la lucha de clases.

"Cuántas veces nos hemos encontrado con un centrista complacido que se autotitula ’realista’, simplemente porque se lanza a nadar sin ningún bagaje ideológico y se deja llevar por cualquier corriente pasajera. Es incapaz de comprender que para el nadador revolucionario los principios no son un peso muerto, sino un salvavidas. El sectario, por su parte, generalmente no quiere nadar para evitar que se mojen sus principios. Se sienta en la orilla y pronuncia conferencias moralizantes ante el torrente de la lucha de clases. Pero, de tanto en tanto, un sectario desesperado se arroja de cabeza al agua, se aferra al centrista, y ambos se ahogan. Así fue; así será siempre."7

Particularmente, fue a Andrés Nin (el dirigente de la Oposición de Izquierda española) a quien más duramente combatió debido a su negativa a realizar el entrismo en la Juventud del Partido Socialista. Como alertaba Trotsky, la pasividad para el combate en las filas de la Juventud del PS arrojaría a su ala izquierda a los brazos del partido stalinista, que hasta ese momento no tenía ninguna influencia en las masas. Cuestión que sucedió y que permitió al stalinismo español jugar un rol central en la traición a la revolución española.

La experiencia durante la revolución española fue la más lamentable expresión de sectarismo dentro de la Oposición. Mientras que los oposicionistas dirigidos por Nin, mantuvieron un sectarismo a ultranza para ingresar a la juventud del PSOE, se unieron con el ala derecha del partido comunista formando el POUM, negándose a luchar por la IV Internacional8, terminaron años más tarde aconsejando por izquierda al reformismo e ingresando al gobierno del frente popular, constituyendo la pata izquierda de la traición a la revolución española.

El tiempo y la política revolucionaria

El factor tiempo en política desempeña un papel muy importante. En la cuestión que nos ocupa, la duración del entrismo estaba determinado por la acción de las direcciones reformistas y, por esa razón, no podía ser por un tiempo indefinido. Más aún, para Trotsky sólo podía durar poco tiempo, unos meses, a lo sumo un año, mientras las direcciones reformistas no pudieran vencer el influjo de las masas hacia la izquierda y, principalmente, su expresión en la vanguardia. En ese corto período, la Oposición de Izquierda debía convencer a las alas revolucionarias en las filas de los partidos reformistas de transformarse en un verdadero partido revolucionario.9 "Hay dos cosas necesarias para el éxito de este paso, que en un breve lapso podría transformar completamente la constelación política en el movimiento obrero: la cohesión organizativa (por firme adhesión de cada uno de los miembros) y la rapidez de ejecución. Postergar tales decisiones significa perder el momento oportuno para su aplicación lo que nos coloca en desventaja."10

La política de Trotsky estaba en consonancia con la lucha de clases. El 10 de junio del 35, Trotsky planteó a los trotskistas franceses que los objetivos del entrismo habían culminado. La política del "frente popular" propugnada por la III Internacional y acordada con la II Internacional, meses antes, había logrado arrastrar al movimiento de masas a los pies de la burguesía junto a un notable doctrinarismo social patriota y por la "defensa nacional"11. El peligro latente de la guerra planteaba nuevos agrupamientos en el movimiento obrero y éstos se encontraban ya fuera del PS y principalmente en los sindicatos.

Aunque tardíamente en Francia, dos tendencias de la Oposición ingresaron al Partido Socialista. Debido a los errores cometidos, la Oposición no pudo aprovechar efectivamente la posibilidad de convertirse en un partido revolucionario independiente. Sin embargo, a pesar de estos errores, los grupos de la Oposición que llevaron adelante el entrismo, se fortalecieron en calidad y experiencia, y además permitió ver la potencialidad de la política planteada por Trotsky12.

La debilidad de los grupos de la Oposición de Izquierda, su inmadurez debido a su formación en momentos de reacción y lucha contra la corriente, no puede opacar la gran audacia de Trotsky para la construcción del partido y la precisión para realizar giros en los momentos que presentan oportunidades para lograrlo. En definitiva, el resultado de la aplicación de una táctica no puede ser confundido con la justeza de la política.

Muchos oposicionistas se negaron a salir del PS con el argumento de que se podían ganar a algunos militantes más. Como dijimos anteriormente, el entrismo para Trotsky implicaba una correcta aplicación del tiempo en política revolucionaria. Al igual que en la lucha de clases, el centrismo, si no es ganado para la revolución, vuelve a ser ganado para el reformismo o se desmoraliza. Si los revolucionarios no ven esto, y continúan dentro de los partidos reformistas, inevitablemente terminan siendo consejeros de izquierda de los mismos. Quienes se negaban a la táctica de entrismo considerándola "oportunista", luego, ante el retroceso de las masas y frente a la inminente guerra mundial, se opusieron a la fundación de la IV Internacional, considerándola "sectaria". Esta no es una contradicción política. Ambas constituían una única posición en diferentes momentos de la lucha de clases: la renuncia a combatir por las ideas revolucionarias, bajo uno u otro pretexto.

Uno de los rasgos que caracterizaron al bolchevismo, primero en Lenin y después en Trotsky, para construir el partido revolucionario fue el saber combinar la mayor audacia para penetrar en el movimiento de masas junto con la mayor intransigencia revolucionaria. Esto es tanto en los momentos donde los revolucionarios se ven obligados a luchar contra la corriente como en los momentos donde la orientación de las masas y de su vanguardia entran en consonancia con las ideas revolucionarias. Pero los escépticos, idealistas y diletantes jamás lo comprenderán, preferirán por el contrario seguir rumiando tranquilos en sus casas las "verdades generales" del marxismo.

La fundación de la IV Internacional, que se realizó en septiembre de 1938, tuvo el objetivo de organizar a los mejores elementos a nivel internacional no sólo para resistir el patriotismo impulsado por los distintos imperialismos y reformismos (sobre la base de las derrotas de todos los procesos revolucionarios de la década del 30), sino para prepararse nuevamente para futuras revoluciones. Particularmente, y debido a los sufrimientos inauditos de las masas en la segunda guerra mundial, Trotsky preveía que ésta desencadenaría una oleada de revoluciones (del mismo modo que en la primera guerra mundial). La IV Internacional entonces, adelantándose a los hechos, se preparaba para intervenir activamente en la guerra por medio de la táctica planteada por Trotsky, conocida como "política militar proletaria". Pero esta discusión excede el marco de este artículo 13.

1 Escritos contiene además numerosos trabajos de León Trotsky sobre diferentes temas: la dinámica de la URSS y la política revolucionaria, los juicios de Moscú, la situación mundial y la guerra, la cuestión colonial, la juventud, entre otros.
2 Esto no implicaba en absoluto una subestimación de la revolución en los países coloniales o semicoloniales como quedó demostrado en el combate de Trotsky alrededor de las lecciones de la revolución China (1925-27) hacia el sexto Congreso de la Comintern (Ver Stalin, el gran organizador de derrotas).
3 El Centrismo y la IV Internacional, CD Escritos de León Trotsky, Libro 3, 22-2-34, ed. CEIP.
4 Este fenómeno, como explica Trotsky se debía a la relación inversa que existía entre las tendencias antidemocráticas del régimen del estado burgués y su expresión en aquellos partidos que le habían sido funcionales, como la II Internacional, pero que no contaba con formas coercitivas para reprimir a su base social reavivando la democracia en su interior. Pero también evidenciaba la debacle en la que había caído la Comintern.
5 El artículo mencionado se llamó “La IV Internacional” del periódico “Renovación”, Nro. 177, 11-11-33, extraído de “El Movimiento trotskista en España (1930-1935)”, Pelai Pagés, Editorial Península, pág. 255.
6 Hasta 1934, el stalinismo, particularmente en Alemania, mantuvo la posición de que la socialdemocracia era hermana gemela del fascismo, fundamento que constituyó su negativa para llamarla al frente único, política que facilitó el triunfo del fascismo.
7 Sectarismo, Centrismo y la IV Internacional, CD Escritos de León Trotsky, Libro 4, 22-10-35, ed.CEIP.
8 El POUM adoptó un programa centrista que va a ser combatido por Trotsky (Ver Escritos sobre España, León Trotsky, ed. Ruedo Ibérico).
9 Las corrientes trotskistas de postguerra, llevaron adelante en varios ocasiones el entrismo pero de carácter “sui generis”. Nos referimos, a la corriente dirigida por Michel Pablo que ingresó durante diecisiete años en el stalinismo y que culminó con la disolución de esta corriente. Bajo el fundamento de la “lucha desde adentro” el entrismo en el PT de Brasil, por parte de varias corrientes trotskista, duró más de diez años. Otro ejemplo, es el de la corriente dirigida por Nahuel Moreno que ingresó a las 62 Organizaciones con el fundamento de mantener la “unidad de la clase obrera”. Como se puede ver el entrismo “sui generis” nada tiene que ver con los fundamentos y concepción de Trotsky para la táctica del entrismo.
10 La situación de la Liga y sus tareas, CD Escritos de León Trotsky, Libro 4, 29-6-34, ed.CEIP.
11 En el 7mo. Congreso la Comintern oficializó la política del “frente popular” tomando el ejemplo francés de unidad con el partido socialista y el burgués partido Radical. Días antes Stalin firma el pacto franco-soviético de no agresión. El frente popular nació con una manifestación masiva patriota, encabezada por Daladier (dirigente del Partido Radical y primer ministro en 1933/34 y en 1938) y los dirigentes principales del PC y PS.
12 El 32º Congreso Nacional de la SFIO se reunió, bajo la reciente firma del pacto franco-ruso y la decisión de las direcciones de la SFIO y del PC de unirse con los Socialistas Radicales.(ver cita 7). Las opiniones de los oposicionistas sobre la “defensa nacional”, la necesidad de la IV Internacional, fue escuchada en el Congreso. La prensa francesa tomó nota de las disputas en el congreso para observar que los ruidosos Bolcheviques Leninistas (GBL) eran ahora un factor en la política nacional. El voto de los delegados sobre la principal resolución política fue 2025 para Blum-Faure, 777 para Bataille Socialiste, 105 para el GLB. Días después los dirigentes de la GBL, serían expulsados.
13 El análisis y política planteada por Trotsky y el rol de los trotskistas en la segunda guerra mundial serán el tema de la próxima compilación que publicará el CEIP “León Trotsky”.