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Boletín Nº 13 (Abril/2010)

Por qué la L.C.I. no apoya la Alianza Nacional Libertadora

Por qué la L.C.I. no apoya la Alianza Nacional Libertadora

A Luta de Classe (La lucha de clases) 1 de mayo de 1935 nº 23 año V

 

LCI. Organización de la Oposición de Izquierda brasileña entre 1933 y 1936. NdE

 

Vivimos en una sociedad que se basa en el dominio de una clase que detenta los medios de producción, sobre otra que, sin poseer nada, está obligada a proveer a la primera su energía recibiendo a cambio lo que a la clase dominante le interesa dar, es decir, lo suficiente para que se conserve la energía de la clase dominada o su fuerza de trabajo.

A la fracción de la sociedad que existe a costa del trabajo de la mayoría, la burguesía, le es posible mantener una vida de lujo, derrochando, sin necesidad de dispensar ninguna energía porque sustrae, saca, roba una parte del trabajo de la clase dominada, el proletariado. La burguesía posee, para mantener ese estado de cosas, un gran aparato, toda una serie de instituciones; el Estado como su red burocrática y sus fuerzas armadas, la iglesia, etc.

Así, hay en la sociedad capitalista, fundamentalmente, una oposición de dos intereses: el de la burguesía que es el de mantener ese estado de cosas que le permite vivir holgadamente a costa de la miseria de los que trabajan, y el del proletariado que asiste a los dueños de los bancos, de las empresas, máquinas, etc. sólo por el hecho de que son dueños, transforman su sudor en oro.

En cualquier parte donde haya explotadores, burguesía y proletariado, habrá choque de intereses. En cualquier parte, incluso en Brasil. Aquí existe una burguesía[1] que le saca directamente al proletariado una parte de la fuerza que le fue dada por la naturaleza; además de eso, siendo mucho más fuerte por poseer mucho más, extrae también de la burguesía nacional una parte de lo que ella a su vez ya le sacó al proletariado

La burguesía en cualquier parte es la misma y se caracteriza por ser una clase parasitaria que nada produce y consume lo que la clase trabajadora produjo.

Se podría oponer aquí una serie de “hechos concretos”: - pero, si es así, si la burguesía nacional tiene los mismos intereses que los tiburones imperialistas, si en el mundo capitalista sólo hay una burguesía; ¿cómo se explica que la Alianza Nacional Libertadora que se formó alrededor de un programa de lucha contra la burguesía internacional no sufra ninguna persecución? ¿Cómo se explica que tenga en su dirección a representantes de la burguesía? ¿Cómo se explica que la burguesía le conceda las ventajas de sus propios partidos y hasta le preste sus más bellos teatros?

Realmente es eso lo que tenemos ante los ojos. Pero no debemos tener ilusiones, todo esto los explotadores lo hacen en su propio interés. La burguesía en virtud de su situación de clase dominante y privilegiada, busca mantenerse en esa posición, mientras sea posible, sin violencia abierta. Antes que funcionen las ametralladoras de la policía especial o que sean lanzados los bandos fascistas contra los obreros y sus organizaciones, son agotados todos los recursos de engaño. Y la A.N.L. es de los mejores. La Alianza deja intacta todas las piezas de la máquina de opresión, más aún, lleva a las masas a sostener el aparato estatal de dominación de clase – lo que ella llama “patria” a los efectos del engaño. Ahora, si mañana nuevas circunstancias llevan a la Alianza a tomar posición de acuerdo con los intereses del proletariado, será tratada por la burguesía de una manera completamente distinta; será arrojada a la ilegalidad, sus manifestaciones terminarán en masacre e irá a la lista de los fracasos, de lo que tan rica es la historia del movimiento proletario en los años, en todo el mundo.

El Partido Comunista le da su apoyo a esta obra de mistificación del proletariado. Busca defender su derechismo y su cobardía política diciendo que se está aprovechando justamente de las facilidades y de las concesiones que la burguesía le hace a la Alianza, para agrupar a las masas alrededor de su programa y después entonces pasar a la otra etapa de la lucha. Eso es subestimar la importancia de la dirección revolucionaria y el papel de la organización de vanguardia. Es un error inconmensurable despreciar las cuestiones del vértice[2] y tratar de jugar directamente con las masas.

Sin embargo lo que estamos haciendo es una maniobra. Dirán los stalinistas. Antes que nada, sólo es posible una maniobra cuando se tienen las herramientas para ejecutarla. Es principalmente al maniobrar cuando es necesario un partido enteramente conciente de lo que está haciendo y de su papel en la lucha de clases. De no ser así, los primeros en ser absorbidos por el torbellino serán los propios maniobristas. Maniobras en la política revolucionaria sólo se conciben dentro de los límites de la táctica. La organización de vanguardia, el Estado Mayor del proletariado, traiciona miserablemente a las masas si no traza su plan estratégico sobre la base de la lucha contra la burguesía, contra la clase que tiene en las manos los medios de producción.

Esto debe ser hecho principalmente tratando de no ilusionar, sin ilusionarse a sí mismo. Es una ingenuidad infantil y una prueba de la completa incapacidad política tratar de engañar a las clases y principalmente a la burguesía, experimentada, instruida y teniendo a su favor las circunstancias de tener en sus manos el poder. Si aún fuese posible la regeneración de los partidos que componen la Tercera Internacional, no sería necesario estar afirmando esto hoy: bastaría la experiencia china de ocho años atrás.

Los trabajadores de Brasil no pueden y no deben tener ilusiones con la Alianza Nacional Libertadora. El proletariado sólo debe seguir una organización que se bata por sus intereses, que mantenga en todas las situaciones una lucha sin treguas por el fin de la explotación capitalista en toda la faz de la Tierra. La masa obrera no debe confiar en una organización que reniega de su función de vanguardia para disolverse en el caldo fétido de la burguesía en descomposición.

Sólo partiendo con bases ideológicamente claras, siguiendo una línea política justa, no teniendo, bajo ninguna hipótesis, intereses distintos de los de la clase obrera y componiéndose de la parte más conciente, más activa y más combativa del proletariado mundial, constituyendo así la vanguardia de todas las partes del mundo, podrá mantener la lucha contra la burguesía y llevar al proletariado al poder – único camino hacia la sociedad sin clase y sin explotación.

 


[1] Se refiere a la burguesía imperialista. NdE

2] Expresión utilizada en el original. NdE