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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Algunos hechos para el comité de Praga

Algunos hechos para el comité de Praga

Algunos hechos para el comité de Praga[1]

 

 

23 de agosto de 1936

 

 

 

1. Fui privado de la ciudadanía soviética el 20 de febrero de 1932, por decreto del Comité Ejecutivo Cen­tral de la URSS. Respondí en una "Carta abierta al presidium del CEC". Esta carta (fechada el 1° de marzo de 1932) apareció por primera vez en ruso en el Biulleten Oppozitssii de marzo de 1932, publicado en Berlín. La "Carta Abierta" dice: "Es hora, por fin, de seguir el último e insistente consejo de Lenin: ¡remover a Stalin!" [véase "Sobre la privación de la ciudadanía soviética" en Escritos 1932].

Esta carta -publicada oportunamente en todos los idiomas del mundo civilizado- fue calificada en el juicio [actual] como "documento secreto" e interpre­tada como una directiva para asesinar a Stalin. ¡Increí­ble, pero cierto!

2. De los dieciséis fusilados conocía a todos menos Olberg, Berman-Iurin, Fritz David, M. Lurie y N. Lurie.[2]

Al igual que muchos marxistas jóvenes y viejos, des­conocidos para mí, e inclusive muchos no marxistas de todos los continentes, Olberg me escribió desde Berlín en 1930 (de enero a julio). Siempre respondo a las car­tas que se me envían, por insignificantes que sean. (Hago una excepción en el caso de los dementes, los coleccionistas de autógrafos y las personas devotas que se preocupan por mi alma.)

Acabo de encontrar las cartas que me envió Olberg y las copias de mis respuestas. Se refieren casi exclusi­vamente al Partido Comunista Alemán, al peligro hitle­rista, a la Oposición de Izquierda, etcétera. (Puedo poner esta correspondencia a disposición de cualquier tribunal en cualquier momento.)[3]

Los originales de las amables cartas del señor Pfemfert y su esposa (1° y 2 de abril de 1930) están en mi poder.

Desde esa época había olvidado completamente a Olberg, ni siquiera recordaba su nombre. Recientemen­te, al iniciarse el juicio de Moscú, un joven amigo que ordenaba mis viejos papeles me dijo que había encon­trado el nombre. Así fue como encontré las cartas men­cionadas más arriba.

Jamás escuché hablar de Berman-Iurin, David y los Lurie antes del juicio, y ni que hablar de conocerlos personalmente. En cuanto a las supuestas visitas que recibí en Copenhague, es esencial escribir sobre eso en detalle, porque todo el episodio de Copenhague (¡el más importante!) fue una idea muy desafortunada que se les ocurrió a los falsificadores de la GPU: puedo refutar hasta el último detalle.

En cuanto a Dreitser, al principio no recordaba su nombre.[4] Pero mi esposa recordó que, en efecto, había una persona de ese nombre entre los oficiales que cus­todiaron voluntariamente mi vivienda privada durante algunas semanas cuando me fui del Kremlin en 1927. En 1928, Dreitser "Capituló" y publicó una declaración sumamente hostil en mi contra. A partir de entonces desapareció completamente de mi vista e inclusive de mi memoria. Jamás le escribí una sola línea desde el extranjero, ni mantuve la menor relación con él.

3. De más está decir que mi hijo está dispuesto a comparecer como testigo ante un tribunal. Su testimo­nio potencial reviste gran importancia. Baste decir que mi hijo jamás estuvo en Copenhague. Se puede demostrar irrefutablemente que en noviembre de 1932, cuando mi esposa y yo estábamos en Copenhague (¡du­rante nueve días!) él estaba en Berlín.

4. De los fusilados conocía bien o bastante bien a los siguientes: Zinoviev, Kamenev, Ievdokimov, Bakaev (todos "zinovievistas"), Smirnov, Ter-Vaga­nian, Mrachkovski (ex "trotskistas "que capitularon en 1928-29 y se pronunciaron públicamente en contra mío).[5]

5. A Reingold ("zinovievista") lo conocía menos. A Pikel y a Goltsman los vi un par de veces.[6] Pilkel fue "zinovievista" por un breve periodo. Nadie confia­ba en él. Yo no mantenía relaciones con él. Goltsman no estaba en la Oposición. Si mal no recuerdo, era "simpatizante", cosa muy común en esa época entre los fun­cionarios estatales de baja o mediana categoría. Lo vi dos o tres veces en mi vida. Es posible y aun probable que haya venido a nuestra casa en enero de 1928, junto con centenares de funcionarios soviéticos "liberales", a despedirse de mi esposa y de mí antes de nuestra de­portación al Asía Central.

Desde entonces, jamás volví a verlo ni mantuve correspondencia con él. De su estadía en Berlín no puedo decir nada.

En esos años (1930-33) -los años de la "colectiviza­ción"- había muchos funcionarios soviéticos descon­tentos que, estando en el extranjero, expresaban libre­mente sus críticas... por lo menos entre las cuatro paredes de una habitación. Mis correligionarios de diversos países europeos solían reunir y enviarme esas "decla­raciones críticas". Yo utilizaba este material para una serie de artículos en el Biulleten ruso, etcétera. Mi hijo me envió esa clase de noticias varias veces desde Ber­lín: todas aparecen en el Biulleten ruso. Poseen el mayor interés para cualquiera que quiera conocer mi pensamiento político, así como el de mi hijo y el de sus visitantes casuales de la URSS. ¿Mi hijo mencionó el nombre de Goltsman? No recuerdo, mi esposa tampo­co. Es posible que mi hijo no me diera a conocer sus fuentes de información, dado que mi correspondencia no está segura y los "críticos" de la URSS corren gran­des riesgos. Sea como fuere, el nombre no me hubiera dicho nada.

6. Recuerdo bastante bien que mi hijo se topó ines­peradamente con Smirnov en una calle de Berlín. Smirnov estuvo muy cerca mío, mucho más que cual­quiera de los demás acusados, hasta 1929. Era un hombre honesto, sincero, muy adicto a nuestras ideas, pero era un poco frívolo y carecía de un criterio político independiente. Necesitaba a alguien en quien confiar. Después de mi expulsión hizo su mea culpa (atacándo­me con mucha dureza) y yo declaré a la prensa que lo consideraba políticamente muerto. En los años de colectivización pasó, con muchos otros, a una semiopo­sición. Fue en esa situación cuando se topó con mi hijo. Le contó varias cosas sobre los amigos de la Oposición, las tendencias en la URSS, las contradicciones en el seno de la burocracia, etcétera. (Véanse los detalles en el Biulleten ruso.) Es una mentira torpe y absurda acu­sar a mi hijo, que en esa época tenía veinticuatro años, de darle "directivas terroristas" a este hombre viejo y quebrado.



[1] Algunos hechos para el Comité de Praga. Service d’information el de presse pour la Quatriéme Internationale (SIP), N° 14, 1° de diciembre de 1936, tomado de Für Recht und Wahrheit, periódico del Comité Por el Derecho y la Justicia de Praga, que le había dirigido varias preguntas a Trotsky acerca del juicio de Moscú. Traducido del francés [al inglés] para esta obra por Mary Gordon.

[2] Mossei Lurie: seudónimo de Alexander Emel, científico y ex militante del PC alemán que, durante 1932 escribió artículos antitrotskistas para la prensa de la Comintern. El y Nathan Lurie, cirujano, fueron agentes provocadores durante el primer juicio de Moscú

[3] Véanse las cartas de Trotsky a Olberg en Escritos 1930 [Volumen I, tomo 4 de la edición de Pluma]. Véase el análisis detallado del testi­monio de Olberg durante el juicio y su relación con estas cartas en el informe de la Comisión Dewey de setiembre de 1937, publicada bajo el tí­tulo Not Guilty (Nueva York: Monad Press, 1972).

[4] Ephim A. Dreitser (1894-1936): oficial del Ejército Rojo durante la guerra civil, militante de la Oposición, fue expulsado del partido en 1927. Capituló en 1928, pero fue sentenciado a muerte en el primer juicio de Moscú.

[5] G.E. Ievdokimov (1884-1936): secretario del Comité Central, fue rele­vado de su puesto en 1926 por apoyar a Zinoviev y expulsado del Comité Central en 1927. Fue encarcelado junto con Ivan Bakaev (1887-1936) por complicidad en e1 asesinato de Kirov. Ambos fueron ejecutados des­pués del primer juicio de Moscú. V.A. Ter-Vaganian, armenio, vete­rano de la guerra civil. Se encontraba en el exilio desde 1933. Serguei Mrachkovski (1883-1936), famoso comandante de la guerra civil, organi­zó la insurrección en los Urales en 1917. Militante de la Oposición, fue expulsado en 1929, capituló, pero fue enviado al exilio en 1933 y ejecu­tado después del primer juicio de Moscú.

[6] Isaac Reingold: dirigente de las empresas algodoneras, había apoyado a Kamenev y a la Oposición Unificada. Ricardo Pikel, escritor y dramaturgo, veterano de la guerra civil, había dirigido el secretariado de Kamenev. E.S. Goltsman (1882-1936) fue acusado de reunirse con León Sedov en Copenhague en 1932 para recibir las "instrucciones" de Trotsky para asesinar a Stalin y Voroshilov. El supuesto lugar de su encuentro, el Hotel Bristol, habla sido derribado en 1917; por otra parte, en 1932 León Sedov estaba rindiendo exámenes en Berlín y el gobierno soviético no tenía constancia del ingreso de Goltsman a Dinamarca.



Libro 4