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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Una vez más acerca de nuestro giro

Una vez más acerca de nuestro giro

Una vez más acerca de nuestro giro[1]

 

 

15 de diciembre de 1934

 

 

 

Al Secretariado Internacional

Para todas las secciones

 

Estimados camaradas:

 

Aún no conozco la decisión de la Conferencia Nacional belga. Pero tengo que decir con profunda tristeza que en dicha sección existe una fracción a la cual no le interesa aprender de los acontecimientos porque se satisface con fórmulas abstractas que exigen poco y no permiten hacer nada. ¿No es suficientemente clara la experiencia de la sección francesa?

Los "intransigentes" belgas apoyaron al grupo de Naville en Francia, como a la tendencia más intransigente. La experiencia ha sido hecha, Y hay que ser deliberadamente ciego para negarse a extraer de ella las lecciones necesarias. Naville representa al conservatismo, a la actitud de esperar confiados con los brazos cruzados, a la mentalidad de círculo cerrado de discusión; souvarinismo[2], en fin. Se abstiene sistemáticamente de criticar a la SFIO con el fin de poder "actuar" bajo la protección de ésta. Muchas veces hemos denunciado esta actitud antirrevolucionaria. Pero sin resultados. En el momento del giro, Naville trató de esconder su conservatismo tras formulaciones intransigentes. Tachó de "capitulación" al entrismo, porque básicamente le atemorizaba la posibilidad de una batalla feroz contra un poderoso aparato. En una jaula blindada es mucho más fácil defender principios "intransigentes"... Nuestro análisis de Naville fue hecho en un período de gran fraccionalismo. Pero, desde entonces, repito, la experiencia fue puesta en marcha. A partir de allí, Naville ingresó al Partido Socialista, pero abandonando la bandera de nuestra organización: su programa. No quiere ser otra cosa que el ala izquierda del PS. Ya ha presentado propuestas en común con el ala izquierda; confusas propuestas oportunistas, impregnadas de la verborrea del centrismo de izquierda. Los "intransigentes" belgas han sido bien castigados. "Dime quiénes son tus amigos y aliados internacionales, y te diré quién eres."

Bauer era el más intransigente opositor al "entrismo", incluso más que Naville. Los principales argumentos de Give parecen extraídos del arsenal de Bauer. ¿Cuál ha sido su actitud hacia el "entrismo"? Bauer exige que nuestra sección alemana se adhiera al SAP; mientras tanto, a la espera de eso, ya se ha convertido en colaborador del periódico del SAP... contra nosotros. ¿Es posible imaginar una bancarrota mayor? La SFIO es una organización de masas, y no, un grupo homogéneo de propaganda. La situación de esa organización es tal que nos abre la posibilidad de entrar como grupo propagandístico homogéneo. "Esto no es posible" -nos decían. Y bien, la experiencia ha sido efectuada. En el plano de los principios, nuestra sección francesa ha permanecido tal cual era. Pero, en el plano político, ha aprobado un examen preparatorio y ha pasado a un curso más avanzado.

El SAP no es una organización de masas. Es también un grupo propagandístico. Siendo éste el caso, y ante la ausencia de un método y un programa común, la fusión con ellos es inadmisible. Hace un año fracasó nuestro intento de encontrar un terreno común: los dirigentes del SAP no quisieron aceptar nuestros principios. En una serie de documentos, Bauer los calificó de centristas incorregibles y de gente sin principios Es posible que los líderes del SAP hayan evolucionado positivamente. Si este fuese el caso, deberíamos renovar nuestros intentos de llegar a un acuerdo con ellos sobre una base programática. Pero condenar el ingreso de nuestra sección francesa a una organización de masas y, al mismo tiempo, exigir la disolución de nuestra sección alemana en un pequeño grupo de propaganda que fue, hace poco, tildado de centrista por el mismo Bauer, ¿no es acaso una abominable burla de los principios más elementales del marxismo?

Una vez más, pregunto al camarada Give y a los que lo apoyan: ¿cómo explican el hecho de que en Francia los "intransigentes" hayan resultado ser unos oportunistas y aventureros, mientras que los "capituladores" siguen apoyando nuestros principios con redoblada energía, principios que, ahora, por primera vez influyen directa o indirectamente en la vida interna del Partido Socialista, del Partido Comunista y aun de los sindicatos (ver, por ejemplo, los documentos del sindicato departamental de Isere). El camarada Give nos dirá que los ejemplos de Naville y Bauer son problemas de personalidad, etcétera. Pero no permitiremos que nadie se esconda detrás de esta explicación individualista, idealista y antimarxista. Tenemos todo el derecho de subrayar este punto, ya que con anterioridad, después de descifrar el verdadero significado de la "intransigencia" de Naville y Bauer, predijimos su evolución. Y afirmamos: "el compañero Give afronta toda la responsabilidad por sus aliados en Francia, a quienes apoyó como la auténtica tendencia revolucionaria."

Hemos hecho la experiencia, camarada Give. Ya hemos oído suficientes generalidades. Ahora explíquennos, por favor, su mala suerte en Francia. Ante los ojos de la Internacional, usted afronta parte de la responsabilidad por el caso Naville-Bauer.

El "desastroso" panorama de la Internacional que nos describe el compañero Give (ver las minutas del comité nacional belga del 25 de noviembre) es completamente tendencioso, o por lo menos revela una falta de comprensión absoluta sobre lo que sucede realmente. "Triple escisión en Polonia", "división en Grecia", etcétera. El camarada Give sólo se hace eco de Naville y Bauer, quienes por una parte, naturalmente, sólo ven el lado negativo del giro. Give no menciona que los camaradas franceses han ganado para nuestro programa de acción a la Federación del Sena, que cuenta con 6.000 miembros; ni que nuestra juventud es la dirección de la Alianza del Sena, organización de 1.450 integrantes. No queremos exagerar el peso revolucionario de este triunfo. Aún queda por hacer mucho más de lo que hemos logrado en los tres meses y medio transcurridos desde nuestra entrada. Pero realmente, es necesario ser sordo y ciego para no darse cuenta del cambio radical operado en la actividad de nuestra sección francesa y para no ver las grandes posibilidades que se han abierto ante ella. Hay camaradas que se valen del incidente con León Blum[3] para probar la dependencia de nuestros compañeros franceses. Este tipo de argumentos solo prueban su propia bancarrota política. Si queremos ganar a los obreros socialistas, debemos presentarles nuestras ideas en un lenguaje que les sea posible entender. Pueden comprender nuestros argumentos contra Blum, pero no pueden aceptar que los ridiculicemos, especialmente ahora, en momentos en que los stalinistas fraternizan con Blum y Cía. La ofensa psicológica contra los sentimientos de los obreros socialistas cometida por los editores de La Verité fue mucho más seria que la transgresión jurídica de los estatutos de la SFIO. Pero, debido precisamente a que La Verité respira ahora la misma atmósfera que los trabajadores, corrigió inmediatamente su error, aumentando así su prestigio ante los ojos de los mejores elementos del Partido Socialista. ¡Usar este incidente de naturaleza puramente técnica para dar crédito a los andrajosos residuos de los argumentos que levantaban los "intransigentes" antes de la entrada! ¿Es necesario otro certificado de bancarrota?

Otros camaradas de la misma tendencia bordiguista y hennautista objetarán: "Nos dijeron que Doumergue se rendiría ante los fascistas, y vean, es Flandin quien lo ha reemplazado. De conjunto la perspectiva de los "entristas" ha demostrado su falsedad. Hay tiempo para crecer independientemente..." Sería fatal permitir que una posición incorrecta deforme todo vuestro criterio y perspectiva. Nunca dijimos que Doumergue daría personalmente el poder a los fascistas; siempre hablamos del bonapartismo francés, del cual Doumergue era el primero (pero no el último) representante.

En Alemania, Bruening, el primer representante del bonapartismo semiparlamentario, entregó el poder a von Papen, agente extraparlamentario directo de Hindenburg; pero Papen, a su vez, tuvo que abdicar ante Schleicher, quien era más "social" y parlamentario que éste. Nunca puede uno pronosticar las combinaciones personales ni los desarrollos concretos. Basta con prever la tendencia general. Para nosotros, Flandin constituye una versión enclenque del régimen de Doumergue. Si el bonapartismo francés fuera a tener sólo unas pocas semanas de vida, este cambio no tendría ninguna significación. Pero es precisamente porque el régimen bonapartista en Francia aún tiene cierta cuota de vida que el cambio puede llevar a resultados importantes e incluso, decisivos.

Mucho se habla de la disminución de la crisis económica. Si esto realmente sucediese (aceptemos la hipótesis), entonces el desenlace se pospondría por uno, dos, o hasta tres años. Si ese fuese el caso, ¿podríamos situarnos por nuestra propia cuenta en el centro de la nueva coyuntura para aprovechar las luchas económicas de los trabajadores y preparar su movilización como fuerza revolucionaria? Ni siquiera un importante cambio coyuntural (del cual aún estamos lejos) podría alterar nuestra línea general de desarrollo o nuestra orientación. Después de un breve período, estallaría una crisis aun peor que la actual, y todo el proceso político asumiría un ritmo más acelerado. Gracias al oportuno viraje realizado, todavía tenemos oportunidad de llegar a la batalla decisiva -esto es, al conflicto armado entre el proletariado y el fascismo- no como una pequeña secta que mira y crítica, sino como el principal motor de la vanguardia revolucionaria.

En vez de celebrar el hecho de que nuestra sección francesa fue capaz de extraer a tiempo las lecciones de los sucesos alemanes, etcétera, Bauer y otros compañeros se indignan: "Hemos sido engañados: entramos a la SFIO y el fascismo no ha llegado todavía." Es cierto que gracias al apoyo del camarada Give y otros, Naville y Bauer lograron por cierto tiempo debilitar la sección francesa. Con su ingreso [a la SFIO] nuestra juventud perdió algunos camaradas, e incluso algunos obreros. Pero gracias a la eficacia de nuestro giro, hemos recuperado ahora a algunos de esos elementos, mientras que los intransigentes, los instigadores de la escisión, lo han perdido todo: programa, prestigio y principios.

Es absurdo afirmar que la situación internacional sea desastrosa. ¿En qué sentido? En Holanda, la OSP, después de haber expulsado a de Kadt de sus filas, ha evolucionado hacia una orientación marxista y gracias al viraje en Francia ha decidido fusionarse con nuestra sección, la RSP. En Norteamérica, el AWP (el partido de Muste), cortejado durante largo tiempo por los lovestonistas y stalinistas, se unió a nuestra sección. Estos son dos grandes triunfos. El partido unificado en Norteamérica tendrá grandes oportunidades dentro de la izquierda socialista. Igualmente, podemos predecir que el partido unificado en Holanda abrirá nuevas brechas en el Partido Socialdemócrata y los stalinistas. La sección polaca es una de las más jóvenes. Atraviesa por un período de desórdenes infantiles. La escisión en la sección griega nada tiene que ver con el giro francés.

La fracción hostil a nuestra organización internacional está dirigida por Witte, el mismo que hace quince meses Vereecken hizo pedazos por su total carencia de principios y por conducir intrigas inspiradas en los motivos más vulgares. Ahora resulta que la fracción de Witte es "intransigente" y condena severamente la entrada a la SFIO. El camarada Give debería ser más prudente, y al mismo tiempo evitar referirse a los acontecimientos griegos. Los aliados como Witte son realmente muy comprometedores.

Mucho más preocupante es la pasividad de nuestra sección española (con algunas honorables excepciones) durante los [últimos] grandiosos acontecimientos revolucionarios. Siempre hemos criticado a los dirigentes de la sección española por estar impregnados de un espíritu puramente propagandístico y de una actitud expectante. Los camaradas deberían releer las discusiones internacionales con la dirección española. Y he aquí el punto significativo: los camaradas españoles han declarado abiertamente su hostilidad al giro francés. Esto confirma, una vez más, que la "intransigencia" en estas cuestiones no es otra cosa que una máscara tras la cual se ocultan la pasividad puramente periodística y propagandística. En lo que a nosotros concierne, seguiremos repitiendo: el mayor error perpetrado por sección alguna, es el cometido por la sección española al no adherirse al Partido Socialista cuando comenzaba la preparación para la lucha armada.

¿Dónde está el error de la mayoría de la sección belga en la cuestión del "entrismo" en la SFIO? Lo señalamos a su debido tiempo: en lugar de analizar las condiciones reales del movimiento obrero en cada país, Vereecken maneja conceptos absolutos y abstractos tales como: reformismo, Segunda Internacional, etcétera... "el reformismo no puede tolerar esto...", "el reformismo no puede aceptar que..." Los recientes acontecimientos de España han contribuido en gran medida a desacreditar este método bordiguista, antimarxista y metafísico. La dirección del POB quería expulsar al grupo Action Socialiste. Los dirigentes sindicales estaban de acuerdo con eso y pedían lo mismo. Pero algunos cambios en la situación obligaron a la burocracia a tener que tolerar al grupo Action Socialiste, e impulsaron a de Man a coquetear con la JGS, cuyo carácter revolucionario, con sus inevitables altibajos, se halla en constante ascenso. Podemos ver que la historia utiliza muchos otros colores además del rojo y el amarillo. Tiene matices transicionales, y el arte de la política consiste precisamente en discernirlos para orientar, con medios apropiados, su transformación. Es un crimen perder un solo día más por escrúpulos bordiguistas. Ingresar a la Guardia Socialista Juvenil [JGS], a fin de defender las ideas leninistas con paciencia, energía y tacto: ese es el único camino para la construcción de un partido revolucionario.

Todo gran viraje ocasionado por un cambio en la situación objetiva tiene un profundo impacto en la organización cuyo ánimo refleje el periodo anterior. En tales casos, las defecciones individuales o hasta las escisiones parciales son inevitables. Pero realizar un viraje a tiempo es cien veces más importante que el alejamiento de algunos camaradas que a toda costa quieren perder el tiempo. De estos divisionistas, los mejores se arrepentirán de los errores cometidos y regresarán a nuestra organización, siempre que podamos fortalecerla ligándola a los movimientos de masas.

Con mis mejores saludos revolucionarios y antisectarios,

 

X [León Trotsky]



[1] Una vez más acerca de nuestro giro. Bulletin Interieur, Groupe Bolchevique-Leniniste dans la SFIO, N° 4, sin fecha. Firmado "X". Traducido [al inglés] para este volumen [de la edición norteamericana] por Russell Block. "Give", con el cual Trotsky polemiza en este artículo era el seudónimo de Georges Vereecken.

[2] Souvarinismo: Boris Souvarine para Trotsky el prototipo del cinismo y el derrotismo que caracterizaba a los renegados del marxismo. Boris Souvarine (n. 1893): fundador del Partido Comunista francés y uno de los primeros biógrafos de Stalin. Fue expulsado por el stalinismo en la década del 20 y se volvió contra el leninismo en los años 30.

[3] El titular de La Verité del 19 de octubre de 1934 decía: "León Blum se inclina ante los cuerpos de Barthou y Poincaré. Todavía no ha dicho una palabra acerca de los heroicos obreros insurgentes de España." Una nota titulada "Condolencias" decía: "la juventud leninista de la JS [Juventud Socialista] expresa su más sentida condolencia al ciudadano León Blum por la doble pérdida sufrida en las personas de los señores Barthou y Poincairé." Esto dio origen a una carta de J. B. Severac, subsecretario general de la SFIO, a La Verité, en la cual decía que en una reunión del CAP (Comité Administrativo Permanente) del partido, se había protestado contra el titular y la nota; y que, de acuerdo al artículo 67 de los estatutos de la SFIO, el CAP lo había designado para entrevistarse con el autor o los autores de los mismos. La Verité publicó la carta de Severac el 3 de noviembre junto con una breve declaración en la que se informaba que Raymond Molinier vio a Severac para informarle del "deseo de La Verité de manifestar abiertamente nuestro pensamiento y nuestras ideas acerca de todas las cuestiones". El camarada Severac declaró que no se cuestionaba ese derecho, pero que era necesario encontrar la forma de expresarlo que no perjudicar a la unidad del partido y que, en opinión del secretario, tanto el mencionado titular como la nota no estaban en concordancia con tal modo de expresión. Nuestro camarada respondió que nuestro titular reflejaba la gran indignación provocada por los artículos de Blum acerca de Barthou y Poincaré, pero que en el futuro nuestro consejo editorial tendría en cuenta las recomendaciones del secretario del partido sobre la forma de nuestra crítica."



Libro 4