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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Discusiones con Trotsky

Discusiones con Trotsky

Discusiones con Trotsky[1]

[I] Conferencia Internacional

 

 

 

Trotsky: Todas las secciones han tenido discusiones sobre los sucesos en España, la guerra chino-japonesa, el carácter de clase de la Unión Soviética; y algunas secciones han tenido sus divisiones, como la alemana. Sus tesis son conocidas por todas las secciones, lo mismo que las tesis francesas.[2] El problema ahora es simplemente poner el texto en orden.

Cannon: Aún queda el problema de preparar el texto para la conferencia.

Trotsky: Hemos preparado aquí el proyecto de programa; es posible tenerlo listo en dos o tres semanas y luego traducirlo al inglés y al francés. ¿Puede usarse su declaración de principios en la Conferencia Internacional?

Shachtman: No, es más la declaración de una sección nacional.

Trotsky: Adolphe ha enviado su esquema de los estatutos.[3] La sección alemana preparó la tesis sobre el carácter de la Cuarta Internacional. Se envió a todas las secciones hace tres meses y se publica ahora en Unser Wort.[4]

Shachtman: Desde hace algunos meses no recibimos Unser Wort.

Trotsky: Tal vez porque en su estadía en el Partido Socialista perdió sus contactos internacionales y no ha podido restablecerlas completamente.

Usted también ha tenido la tesis de Diego Rivera.[5] La única objeción contra ella es que es demasiado larga para la conferencia. Leí su sugerencia de que yo escriba sobre el problema de la guerra a la luz de los últimos sucesos. Acepto esta sugerencia con buena voluntad, para complementar y concretar nuestra tesis a la luz de los sucesos recientes. Tenemos algo importante que hacer. Puede hacerse en los próximos días. Tenemos aquí un anteproyecto, pero no hay suficientes personas que puedan traducirlo del ruso. Pero falta un programa de consignas y demandas de transición.[6] Es necesario hacer un resumen de demandas concretas y precisas, como el control obrero de la industria opuesto a la tecnocracia. De vez en cuando se menciona en el periódico aunque sólo superficialmente. Pero creo que es una de las consignas más importantes para Estados Unidos.

Lundberg escribió un libro sobre las sesenta familias. El Annalist dice que sus estadísticas son exageradas. Debemos pedir la abolición del secreto comercial -que los obreros tengan el derecho de examinar la contabilidad- como premisa para el control obrero de la industria. Una serie de medidas transicionales que correspondan a la etapa del capitalismo monopolista y a la dictadura del proletariado con una sección que corresponda a los países coloniales y semicoloniales. Hemos preparado ese documento. Corresponde a esa parte del Manifiesto Comunista de Marx y Engels que ellos mismos consideraron anticuada. Sólo lo es parcialmente, parcialmente es magnífica y debe ser remplazada por nuestra conferencia.

También tengo un proyecto de tesis referente a la democracia. Su esencia, es que la democracia es la forma más aristocrática de gobierno. Solamente aquellos países del mundo que tienen esclavos son capaces de conservar la democracia, como Gran Bretaña, donde cada ciudadano tiene nueve esclavos; Francia, donde cada ciudadano tiene esclavo y medio, y Estados Unidos. No puedo calcular sus esclavos, pero es casi todo el mundo, comenzando por Latinoamérica. Los países más pobres como Italia renunciaron a su democracia.

Es un análisis de la democracia a la luz de los nuevos sucesos. ¿Cómo se vuelve fascista una democracia? Los demócratas pequeñoburgueses están en bancarrota. Sólo los potentados, los grandes ladrones, los más ricos amos de esclavos, etcétera, continúan siendo demócratas. Un planteamiento tal del problema es especialmente útil para Estados Unidos. Naturalmente no es para que se escriba a favor del fascismo, sino en favor de la democracia proletaria. Aun para el país más rico, como Estados Unidos, la democracia se vuelve cada vez menos factible.

Creo que estas son casi todas las proposiciones que tenemos para la Conferencia Internacional. Los otros problemas importantes, el carácter de clase de la Unión Soviética, la guerra chino-japonesa, el problema de España, han sido ya discutidos por todas las secciones.

Estamos bien preparados para la conferencia.

Entonces prepararé: 1) demandas transicionales; 2) el problema de la democracia; 3) la guerra; 4) el manifiesto sobre la situación mundial; separadamente, o en forma de un folleto básico.

Cannon: ¿Qué tal un manifiesto programático? ¿No deberíamos tener un documento así?

Trotsky: Sería magnífico tenerlo. Puede hacerse en Europa o puede hacerse aquí. Podría ser adoptado por la Conferencia Internacional, o podría ser publicado por el Secretariado Internacional en nombre de la conferencia.

Cannon: Desde el punto de vista organizativo, ¿deberíamos considerar esta conferencia como una reunión provisional, o como la fundación actual de la Cuarta Internacional? La opinión general entre nosotros es la de constituir ahora en esta conferencia, la Cuarta Internacional. Pensamos que los principales elementos de ésta ya se encuentran cristalizados. Deberíamos terminar nuestras negociaciones y maniobras con los centristas y en lo sucesivo negociar con ellos como agrupaciones separadas y ajenas.

Trotsky: Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dijo el camarada Cannon. Creo que encontrarán alguna oposición de Bélgica, particularmente de Vereecken. Para él la vida consiste en discutir; en cuanto se llega a una decisión, es una catástrofe para él. También encontrarán cierta oposición de los camaradas franceses en la conferencia. No conozco la opinión que sostienen los camaradas británicos, pero estoy completamente de acuerdo en que es ingenuo posponerla. Naturalmente, somos una internacional débil, pero somos una internacional. Será fuerte por nuestra propia acción y no por las maniobras con otros grupos. Naturalmente podemos atraer otros grupos intermedios, pero eso sería incidental. La línea general es nuestro propio desarrollo. Tuvimos una prueba en España respecto a todas estas organizaciones intermedias; el POUM era la parte más importante del Buró de Londres y demostró ser lo más desastroso para la revolución española. Creo que nuestra sección norteamericana debería proclamar su posición con energía; no tenemos ninguna razón para presumir de fuertes pero somos lo que somos.

Cannon: Creo que sobre este punto tenemos que proporcionar una explicación a algunos camaradas, tal vez en forma de artículos o discusiones. Algunos de ellos han tomado la táctica de maniobrar y de hacer concesiones a los centristas como política permanente, en cambio, nosotros pensamos que todas nuestras maniobras con ellos ya han sido agotadas. Hace dos, tres, cuatro años, se justificaba demorar acciones organizativas, con el fin de completar las maniobras y experimentos con esa gente, pero no ahora. Notamos en nuestras discusiones que hay algunos camaradas que quieren mantener indefinidamente esa táctica (con cierto tipo de maniobras condenadas de antemano al fracaso). Y por esta razón creo que tenemos que explicar el asunto a los camaradas.

Trotsky: El Buró de Londres no es un campo de acción ni de maniobras para nosotros, es sólo un obstáculo, un centrismo petrificado sin masas. Lo que nos interesa en el campo político es el PC, pero esta no es una cuestión de maniobras sino de una lucha decidida.

Shachtman: ¿Ha recibido más noticias sobre algún cambio en el POUM, relacionado con el surgimiento de un ala izquierda?

Trotsky: Los dirigentes son ahora la derecha -los peores elementos del grupo de Maurín- [7] y han acusado a los del ala de Nin de ser responsables de la catástrofe en España por su política demasiado revolucionaria.

Shachtman: ¿Y en Holanda?

Trotsky: Es la mancha negra en nuestro mapa político. Es un clásico ejemplo de la transformación de una política sectaria en una política oportunista acompañada de una serie de derrotas. Usted sabe que estos sindicatos de izquierda han existido en los últimos treinta o cuarenta años. No son una improvisación del tercer período stalinista; son el resultado de prejuicios sindicalistas. Sneevliet llegó a ser secretario de esta organización. Tenía 25.000 obreros y funcionarios estatales -mitad y mitad- en su apogeo. Pero las funciones del estado se realizan a través de los sindicatos. Estos son subsidiados por el estado. De este modo la burocracia de los sindicatos se volvió dependiente del estado. Sneevliet y sus amigos tenían un aparato que no correspondió ni corresponde a la fuerza de los sindicatos ni del partido, pero que tiene como base el apoyo financiero del estado.

Cannon: ¿Un subsidio directo?

Trotsky: Sí. Da a los sindicatos la oportunidad de sostener sus aparatos. Si el ministro de estado retira su apoyo financiero a los sindicatos (y amenazó hacerlo) éstos sufrirían inmediatamente una verdadera catástrofe. Colijn simplemente mostró un dedo amenazador a los sindicatos de izquierda.[8] Inmediatamente todos los funcionarios los abandonaron y se pasaron a otros sindicatos y ahora Sneevliet no tiene 25.000 sino un máximo de 11.000 a 12.000. Era su antigua posición radical, especialmente sobre el problema colonial, lo que le daba autoridad entre los obreros; fue detenido y al salir de la cárcel se convirtió en diputado parlamentario. En ese tiempo, en Francia, hablamos con él y argüimos que le era imposible ser secretario de un sindicato, semifuncionario del estado y miembro de un partido revolucionario. Me dijo que estaba de acuerdo, pero que quería seguir como secretario, solamente con el fin de ganar unos 2.000 miembros de los sindicatos para el partido revolucionario. Dije: bien, veremos. Pero resultó lo contrario. Cuando entró al parlamento, esperábamos un discurso genuinamente revolucionario, pues era la primera vez que la Cuarta Internacional había obtenido un diputado parlamentario. Pero todos sus discursos eran equívocos. Con su primer ministro, Colijn, era muy gentil, absolutamente no revolucionario. Él les dará miles de explicaciones de su actitud, pero ocultará la única verdadera: su servilismo hacia el gobierno con el fin de conservar el apoyo financiero para su sindicato. Muy humillante pero cierto. En esta situación no puede tolerar ninguna crítica. Cuando un miembro le pregunta: ¿Por qué, en su discurso parlamentario, no dijo esto o aquello? No puede responder. Rechaza toda crítica. Con el fin de luchar contra nosotros -la Cuarta Internacional- busca el camuflaje revolucionario en España y declara: "El POUM es mi partido." Fue a España con 500 florines para el POUM -todo fue fotografiado por los periódicos- fue allá y apoyó al POUM contra nosotros.

El POUM tenía 40.000 miembros. Eso no es nada. Si se tienen solamente 10.000 miembros -pero miembros que estén relacionados con las masas en rebelión- entonces puede ganarse una revolución. 40.000 miembros separados de las masas no son nada. Pero Sneevliet, Vereecken y Serge resultaron ser esquiroles en el verdadero sentido de la palabra. En esta situación se solidarizaron plenamente con el POUM en contra nuestra, ante lo cual el POUM dijo: si figuras tan importantes están en contra de la posición oficial de la Cuarta Internacional, entonces es posible que tengamos razón. Eso reforzó las tendencias oportunistas del POUM en la situación más crítica. Nuestros camaradas norteamericanos tienen el deber de acusarlos enérgicamente porque España fue una gran lección histórica. El resultado de la política de Sneevliet es que de 25.000 miembros en los sindicatos tiene ahora 11.000 y en las nuevas elecciones perdió su mandato, no obtuvo 50.000 votos sino menos de 30.000; sus discursos diplomáticos no tenían ningún interés para los obreros.

Ahora corre al Buró de Londres. No podemos hacer concesiones a Sneevliet. Hemos sido pacientes, no por un lapso de dos o tres semanas: el problema lleva seis años por lo menos y fuimos muy pacientes, demasiado pacientes. Ahora debemos preparar un balance porque en el período más crítico de la revolución española demostró ser un esquirol; no podemos perdonarle. Recuerden como actuó durante la última conferencia internacional. Vino, pero como turista. Participó en una sesión; luego telegrafió a Schmidt a quien aprobó y que luego abandonó completamente el movimiento obrero y en pocos meses se pasó a la burguesía.

Cannon: ¿Tenemos un grupo en Holanda?

Trotsky: Sí, tenemos un grupo expulsado por Sneevliet y simpatizantes en su partido. Creemos que la actitud de la conferencia será decisiva para el partido holandés. Debe hacérseles entender que no es un simple detalle.

En cuanto a Vereecken, este aprobó la expulsión de nuestros camaradas que hiciera Sneevliet porque, dijo, habían desarrollado una actitud fraccional dentro del partido. La sección belga tiene una sección de habla holandesa, y estos camaradas nos apoyaron, ante lo cual Vereecken los amenazó con la expulsión. Son una camarilla internacional; luchan constantemente contra la línea del Secretariado Internacional. En cierto sentido Vereecken es un trabajador valioso, muy dedicado al movimiento y vigoroso, pero este trabajador tiene todos los defectos de un intelectual.

Cannon: Lo que no nos satisface de los grupos europeos es que nunca parecen terminar un problema, nunca concluyen una lucha. La mitad del éxito que hemos alcanzado en Estados Unidos se debe a que definimos la situación de la gente que no puede ser asimilada. Discutimos con ellos solamente hasta cierto punto. Cuando rompen con la organización, se terminan todas las relaciones.

Los camaradas europeos no concluyen sus discusiones. Parece que se dividen con mucha facilidad y se unen de nuevo muy rápidamente. Con personas como Vereecken, hemos seguido la política de llegar a una conclusión definitiva después de una extensa discusión. No podemos construir la Cuarta Internacional con especialistas en la discusión permanente.

Creo que la conferencia tiene que formular su línea política y decir a todos: Aquí está nuestro programa y nuestra plataforma. Aquellos que están con nosotros que lo hagan sobre estas bases. Los otros que sigan su camino.

Me parece que debemos pedir a los camaradas jóvenes de las secciones francesa y belga insistir sobre esta posición y terminar toda relación con todos aquellos que rechazan las decisiones de la conferencia, no importa quienes sean. En la conferencia debería realizarse una discusión sobre el problema de la "discusión". Es preciso aclarar que discutimos, no por discutir, sino con el fin de llegar a una conclusión y actuar. Nunca nos pareció claro, por ejemplo, cómo Vereeeken, después de romper tan atolondradamente con la sección belga y volverse a unir tan a la ligera, pudo ser inmediatamente secretario político, el más alto puesto del partido. Crea la impresión de que uno puede destrozar la organización impunemente, luego unirla y comenzar de nuevo como si nada hubiera pasado. En nuestra opinión esta es una política sin esperanzas. Los camaradas de la Cuarta Internacional deben tener valor; si hay una ruptura, que sea definitiva.

En los Estados Unidos consideramos que una ruptura con la organización es un crimen capital. No volvemos a empezar con esa gente al día siguiente.

Tratamos de inculcar este espíritu en los camaradas jóvenes de tal modo que comprendan que la lealtad a la organización es algo sagrado. Valoran la unidad dela organización en el más alto grado. Esa es la razón por la cual nuestra última discusión tuvo tanto éxito; nadie amenazó abandonarla, por consecuencia, el partido podía permitirse la mayor libertad en la discusión, sin temor a dividirse o a que se prolongara para siempre. Creo que algo que los camaradas europeos deben desarrollar es la concepción de que la Cuarta Internacional está formada como una organización definida a la cual todos los miembros deben ser leales. Aquellos que hacen divisiones a la ligera deben ser separados y desechados.

Trotsky: Suscribo cada palabra dicha por el camarada Cannon. Solamente añadiré que la situación en el partido belga se había complicado ya que había miembros que venían del Partido Socialista sin educación revolucionaria. Tenemos a Dauge, un joven camarada muy activo, pero educado en el ámbito del Partido de Verceeken, sin ningún espíritu de disciplina revolucionaria.[9] Luego está Lesoil, un camarada excelente, absorbido por su esfera de acción local.[10] Hay una situación difícil.

Esa fue también la razón por la cual, en esta situación, Vereecken pudo ser otra vez secretario nacional. Lo grave fue que los camaradas del PS, en cuanto se separaron de él, inmediatamente se volvieron partidarios de sindicatos independientes. Fue el mayor golpe para el nuevo partido. Yo intercambié correspondencia con Dauge sobre este problema durante nuestra estadía en Noruega y la policía se apoderó de esta correspondencia, la publicó y nos acusó de ardides maquiavélicos; la situación se complicó. Vereecken no está interesado en el problema de los sindicatos; sólo para discutirlo. Dauge estaba a favor de sindicatos independientes. Ahora ha aprendido un poco, pero mientras tanto fue una catástrofe para el partido. Lesoil en principio estaba contra esta actitud pero en la práctica apoyaba a Dauge.

Creo que la separación de Sneevliet es total y que no aparecerá en la conferencia. No contestó m¡ última carta en la cual declaré que a pesar de todo si él desea estar con la Cuarta Internacional, etcétera; pero es muy peligroso para el partido.

Cannon: ¿Qué progreso ha hecho este año la sección francesa?

Trotsky: No ha registrado un gran progreso durante este año, fue el año de las ilusiones del Frente Popular y solamente los elementos más valientes pudieron acercarse a nuestro partido. Por otro lado, esta situación engendró algunas tendencias sectarias. Algunos elementos buscaron una explicación del estancamiento y del lento desarrollo no en la situación objetiva -la gran ola del Frente Popular- sino en la insuficiencia de nuestra consigna, es decir, que consideramos nuestro objetivo defender a la Unión Soviética en caso de guerra. Esta es la tendencia de Craipeau, un elemento muy bueno y honrado pero dogmático y con un tipo de mentalidad escolástica. En muchos asuntos sus puntos de vista coinciden con los de Vereecken pero es más disciplinado en su actitud, más accesible a las influencias, etcétera.

La situación en nuestra Internacional no es mala a pesar de la aguda discusión sobre el problema ruso. Creo que el problema es verificar, controlar, constatar sus actitudes sobre los sindicatos. Estos, en Francia, durante los últimos años, se volvieron organizaciones poderosas. Tenían un millón entre dos de ellas. Luego se unieron. Ahora tienen cinco millones en la organización unifícada, la dirección está más o menos en manos de los stalinistas y se encubren con la ayuda del Frente Popular. Pero ahora la labor es prepararse para la crisis que se aproxima en el Frente Popular. Una ruptura entre el PS y el PC comenzó ya. Esto debería dar un impulso hacia adelante a nuestra sección francesa. Ellos tienen los principios correctos pero los camaradas norteamericanos pueden ayudar con su trabajo práctico.

Tuvieron otros dos incidentes que hirieron a la organización; un miembro del Comité Nacional estaba falsificando dinero, no sé si para hacer próspero al partido o por razones personales. Naturalmente fue expulsado y el partido demostró que no se había hecho bajo su dirección. Pero fue un gran golpe. El segundo incidente fue el de dos jóvenes camaradas, Fred Zeller y Corvin.[11] Zeller vino donde nosotros a Noruega con un mandato de los jóvenes socialistas. Le dije, "ahora ustedes son el centro de ataque para los stalinistas, deben ser prudentes". Inmediatamente escribió una tarjeta postal a un stalinista y dijo, "¡Abajo Stalin!". La reprodujeron en la prensa stalinista. Entonces me escribió que había aprendido una lección y sería más cauteloso con los stalinistas; pero cayó en sus garras en cierta intriga sospechosa y lo mismo le sucedió al otro joven camarada y ambos fueron expulsados. Eran dirigentes del movimiento de la juventud y fue un golpe para éste.

Creo que deberíamos prevenir a nuestra juventud en los Estados Unidos. Tenemos nuevos elementos, fervorosos pero sin experiencia. No saben lo que los stalinistas pueden hacer para provocarlos. Propuestas extrañas vendrán de distintos lados. Es posible que ustedes puedan encontrar un joven obrero revolucionario o un estudiante comprometidos con fascistas genuinos (pueden ser de la Gestapo y de la GPU al mismo tiempo) y estas intrigas pueden ser absolutamente fatales para nuestra organización, para el internacionalismo revolucionario.

R. :[12] ¿Y sobre Indochina? ¿No tenemos allí una sección fuerte?

Trotsky: Sí, es una magnífica sección. El dirigente está en la cárcel. Tenían un gran semanario y creo que la organización ha sido declarada ¡legal por nuestro ministro socialista francés de las colonias.[13] Creo que el periódico lo fue también; no sé si sale ahora regularmente; no lo he visto en dos meses.

Shachtman: Sí sale, he visto ejemplares.

Cannon: ¿Y Molinier?

Trotsky: Molinier publica un órgano teórico. Declara que en principio está con nosotros pero que nuestra política organizativa es mala y que él tiene una mejor. Su organización está penetrada del odio por la nuestra. Es muy posible que ustedes se vean obligados, objetivamente, a dedicar atención a este problema y que en la conferencia Vereecken lo defienda. Molinier debería permanecer fuera pero los otros, sus miembros, pueden admitirse si se inscriben individualmente y él permanece fuera. Es un elemento que puede ser muy útil pero solamente cuando tengamos una gran organización. En una como la nuestra su gente solamente desorganiza. Usted puede proponerle que venga a Estados Unidos y prometerle relaciones personales amistosas y después de un año veremos.

En cuanto a la sección alemana el problema es más bien el de organizar su periódico. Naturalmente como movimiento de exiliados no cuenta con bases masivas. Tiene Unser Wort, que aparece regularmente. Las secciones alemanas de Suiza, Austria y Checoslovaquia han establecido un periódico mensual teórico, Der Einzige Weg (El Único Camino). La sección alemana en sí no está representada pero Walter Held participa en él.[14] Le he escrito preguntándole por qué la sección no participa y espero una respuesta. Lo mejor sería transformar el órgano en uno para todos los camaradas de habla alemana y creo que es posible. Tenemos magníficos camaradas, Johre y Fischer.[15] Johre es un marxista muy bueno. En cuestiones de emigración son muy malos. Está amargado, y por esa razón rehusó publicar un periódico mensual teórico para toda la sección; pero es necesario hacerlo. Los camaradas están muy bien educados teóricamente. Adolphe, por ejemplo, estaba bastante inmaduro hace unos cuantos años pero ahora es un marxista educado. Escribe muy bien en tres lenguas y conoce seis más. Pero lo malo es que Sneevliet, Verewken y ahora Serge rehúsan reconocer la autoridad del Secretariado Internacional porque está compuesto de jóvenes y su política es mil veces mejor.

Cannon: ¿Y Maslow-Fischer?[16]

Trotsky Son Maslow-Fischer. Sobre todas las cuestiones que provocan una discusión -Rusia, España, China- están contra nuestra línea. Tienen un periódico y firman sus artículos "Buntari" (insurgentes). Siempre son insurgentes; tienen una mentalidad diferente.

Serge es un poeta excelente, un hombre de letras. Escribe muy bien y tiene un largo pasado anarquista. Estuvo en Rusia por años en las cárceles stalinistas. Era valiente y honrado y no capituló lo cual es una magnífica característica. Pero no siguió el desarrollo de la Cuarta Internacional. Vino con algunas ideas muy raras, con la imaginación de un poeta, a abrazar a todo el mundo: al POUM, a los anarquistas, a nosotros. Recibí una carta personal de él refiriéndose a Sedov y en ella mencionó que a pesar de diferencias de naturaleza secundaria, etcétera, etcétera, está con nosotros. Solamente que no son secundarias. Sería muy bueno si nuestros amigos norteamericanos tomaran la iniciativa de aconsejarle no entrar en la política. Trataré de escribirle -es un asunto muy delicado- que lo considero uno de los mejores revolucionarios y escritores, pero no un político.

Rosmer es muy amistoso con nosotros. Estaba relacionado con Sneevliet pero ahora está insatisfecho con él. No creo que tome parte activa en el movimiento pero su autoridad moral nos puede ser muy útil.

La situación es muy dura para nuestros camaradas franceses, pues viven en medio de la miseria económica; no hay comparación en absoluto con nuestros ricos yankis. Un billete de dólar, treinta francos, es una fortuna en el Secretariado Internacional.

Cannon: Enviamos cincuenta dólares; tenemos una cuota mensual regular para el Secretariado Internacional.

Trotsky: Ah eso está muy, muy bien. Y ellos son muy económicos.

Es necesario tener un subsecretariado en Nueva York con la perspectiva de que se vuelva el secretariado real. No sé el destino de Europa si el fascismo continúa avanzando. En ese caso Norteamérica será el único lugar y es necesario un subsecretariado.



[1] Discusiones con Trotsky: I - La Conferencia Internacional: Por permiso de la Biblioteca de la Universidad de Harvard. Este es un estenograma de las primeras seis discusiones que tuvo Trotsky con dirigentes del SWP en su casa en México entre el 20 y el 25 de marzo de 1938. Estas discusiones fueron parte de un trabajo de colaboración preparatorio a la conferencia de fundación de la Cuarta Internacional por varias razones. La más importante eran sus deseos de llegar a un acuerdo con Trotsky sobre la naturaleza y la época oportuna de la conferencia internacional. Se pusieron conjuntamente de acuerdo para proponer finales de junio o comienzos de julio como fecha de la conferencia (aunque en realidad no se reunió hasta septiembre) y estuvieron la mayor parte de la semana discutiendo los documentos programáticos que debían prepararse para la conferencia. También examinaron detalladamente un número de importantes problemas que afrontaba el recientemente formado SWP (si debería cambiar su posición en defensa de un partido laborista en los Estados Unidos, si debería dar apoyo crítico a la Reforma Ludlow, qué medidas debería tomar para ayudar a crear una nueva organización de defensa, etcétera). Además, los participantes Cannon, Shachtman y Vicent Dunne habían sido enviados por la Comisión Panamericana del Secretariado Internacional para ayudar a resolver problemas internos de la sección mejicana. Dunne (1890-1970): miembro fundador de la Oposición de Izquierda norteamericana y dirigente de las luchas de los trotskistas de Mineapolis, fue uno de los dieciocho prisioneros del juicio de esta ciudad en 1941 y permaneció activo en la directiva del SWP hasta su muerte. Rose Karsner y Diego Rivera también participaron en varias de las discusiones con Trotsky. Karsner (1889-1968): fundadora del PC y de la Oposición de Izquierda en los Estados Unidos. Fue la íntima colaboradora política de Cannon y su compañera desde 1924. La estenógrafa observó que las seis copias constaban de "notas preliminares" que no habían sido corregidas por los participantes. Los seudónimos usados en los estenogramas por razones de seguridad ("Crux" por Trotsky) han sido remplazados por los nombres verdaderos. Solamente las discusiones del 20, 24 y 25 de marzo están impresas en este volumen. Los demás, del 21 de marzo sobre el partido laborista; 22 de marzo sobre la Reforma Ludlow; y 23 de marzo sobre consignas de transición, pueden ser obtenidas en la segunda edición del Programa de transición para la revolución socialista (Pathfinder, 1974).

[2] La convención fundadora del SWP, reunida en Chicago del 31 de diciembre de 1937 al 3 de enero de 1938, adoptó una declaración de principios, una constitución y una serie de resoluciones (tesis) sobre problemas políticos contemporáneos, muchas de las cuales se imprimieron posteriormente en el Socialist Appeal. El Segundo Congreso del POI reunido en París del 30 de octubre al 1º de noviembre de 1937, adoptó un número de resoluciones sobre los importantes problemas a los cuales se enfrentaba el MFIly su sección francesa.

[3] Adolphe: Rudolf Klement (1910-1938): secretario de Trotskv en Turquía y Francia y del comité de preparación de la conferencia de fundación de la Cuarta Internacional. Fue secuestrado y asesinado por la GPU en París poco después de reunida la conferencia.

[4] Unser Wort (Nuestra Palabra): periódico de la sección alemana del MFI, publicado en el extranjero e introducido de contrabando a Alemania

[5] El plan de tesis de Diego Rivera sobre problemas de desarrollo en Latinoamérica se publicó en el primer ejemplar de Clave, una revista teórica apoyada por la sección mejicana de la Cuarta Internacional.

[6] Una de las contribuciones más importantes de Trotsky a la teoría y la práctica marxista fue su desarrollo en 1938 del concepto de consignas y demandas de transición el cual fue el carácter distintivo central del documento programático que escribió en abril para la conferencia de fundación. Titulado La agonía mortal del capitalismo y las tareas de la Cuarta Internacional  llegó a conocerse como el Programa de Transición, se discutió por varios meses en el MFI y lo adoptó la conferencia de fundación. Expresadas brevemente, las demandas transicionales son aquellas que no pueden ser concedidas bajo el capitalismo y están proyectadas para llenar el vacío entre el nivel actual de conciencia de las masas y las necesidades de la revolución socialista, al atraer a aquellos a luchar por éstos. El documento más importante de Trotsky sobre el tema, junto con las discusiones que tuvo antes y después de él, es El, Programa de Transición para la revolución socialista.

[7] Joaquín Maurín Julia (1897-1973): jefe del Bloque Obrero y Campesino español, el cual se unió en 1935 con los antiguos oposicionistas de izquierda dirigidos por Andrés Nin para crear el POUM. Fue elegido miembro del Parlamento en febrero de 1936. Cuando estalló la guerra civil, fue detenido por las tropas de Franco, pero escapó de la muerte porque los fascistas no pudieron identificarlo. Después de su liberación, se exilió y se retiró de la política.

[8] Hendrik Colijn (1869-1944): primer ministro conservador de los Países Bajos de 1925 a 1926 y de 1933 a 1939.

[9] Walter Dauge: jefe del movimiento trotskista belga en les años 30 fue elegido para el Comité Internacional Ejecutivo de la conferencia de fundación de la Cuarta Internacional. Abandonó el movimiento durante la Segunda Guerra Mundial.

[10] León Lesoil (1891-1942): uno de los fundadores del PC Belga y miembro de su Comité Central ayudó a organizar la sección belga de la Oposición y continuó siendo uno de sus dirigentes el resto de su vida. Detenido por la Gestapo en junio de 1941, murió en un campo de concentración.

[11] Fred Zeller: dirigente de la Juventud Socialista en Francia y secretario de la Juventud de la Liga Internacional Comunista (predecesora del MFI). Más tarde se volvió francmasón. Él y Matías Corvin fueron expulsados de la sección francesa en noviembre de 1937 por relaciones ¡lícitas con los stalinistas.

[12] R.: probablemente Vincent R. Dunne o Rose Karsner, aunque puede ser también Rae Spiegel, quien tomó las notas taquigráficas de esta reunión.

[13] Marius Moutet (1876-1968): ministro socialista de las colonias en el gobierno del Frente Popular francés, fue responsable de encarcelar a Ta Thu Thau, jefe de los trotskistas indochinos.

[14] Walter Held (muerto en 1941): trotskista alemán que emigró a Noruega después de que Hitler subió al poder. Cuando Trotsky estuvo en este país, Held fue uno de sus secretarios. Mientras viajaba legalmente a través de la Unión Soviética fue detenido en un tren por la policía secreta soviética y ejecutado.

[15] Johre y Oskar Fischer (Otto Schuessler): dirigentes de los trotskistas emigrados. Fischer fue secretario de Trotsky en Turquía y luego en México. Ambos rompieron con la Cuarta lnternacional, durante o después de la Segundo Guerra Mundial.

[16] Arkady Maslow (1891-1941) y Ruth Fischer (1895-1961): dirigentes centrales del PC alemán en los años 20. Expulsados por los stalinistas en 1927 porque como partidarios de Zinoviev defendieron la Oposición Rusa Unida. En 1928 ayudaron a fundar el Leninbund alemán, el cual colaboró con la Oposición de Izquierda hasta 1930. Maslow y Fischer se retiraron del Leninbund y a mediados de los treinta se acercaron a la Oposición de Izquierda. En 1935 Trotsky nominó a Fischer para cooptación en el Secretariado Internacional donde trabajó por lo menos un año. Sin embargo en 1938, ambos se retiraron del movimiento trotskista.



Libro 5