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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

¿Por qué tantos centros? ¿Por qué todos se someten a Trotsky?

¿Por qué tantos centros? ¿Por qué todos se someten a Trotsky?

¿Por qué tantos centros? ¿Por qué todos se someten a Trotsky?[1]

 

 

6 de marzo de 1938

 

 

 

En agosto de 1936, el mundo supo de la existencia de un “Centro Unido” de zinovievistas-trotskistas, que dirigía los más posibles e imposibles crímenes. En enero de 1937, el “Centro Paralelo”, o simplemente, el “Centro Trotskista” (Piatakov-Radek) apareció en escena. Para explicar la aparición de este centro, Radek, principal heraldo del fiscal Vishinski, explicó que Trotsky no confiaba lo suficiente en los zinovievistas y por lo tanto deseaba tener “su propio” centro.

La explicación estaba llena de vacíos. Primero que todo, algunos ex trotskistas de más altas proporciones que Piatakov y Radek pertenecían al Centro Zinoviev-Kamenev. En segundo lugar, Sokolnikov, ex embajador en Inglaterra, un hombre que nunca tuvo nada que ver con los trotskistas, pertenecía al llamado Centro “Trotskista”. Pero no criticaré estos “detalles”. Admitamos que el “Centro Trotskista” paralelo fue creado para asuntos conspirativos más importantes y que Sokolnikov terminó en este centro por puro accidente. Pero en marzo de 1938 el mundo no sólo supo de la existencia de un tercer “Centro Trotskista de Derecha”, sino que también se nos dice de pronto que es precisamente este centro, completamente desconocido por los dos anteriores, el que se levanta como la organización más poderosa y conspirativa. A esto debemos añadir que los miembros de los tres centros independientes se han conocido por veinte o treinta años, vivieron en la misma ciudad de Moscú y en general ejecutaron el mismo “trabajo”: terrorismo, espionaje, sabotaje, derrotismo y la desmembración de Rusia. En particular, cada uno de estos centros asesinó a Kirov.

Pero aquí se presenta una dificultad. Si yo creé un Centro Trotskista (Radek-Piatakov) porque no confiaba lo suficiente en Zinoviev-Kamenev, entonces, ¿cómo pude haber confiado en Rikov y Bujarin quienes hasta el día mismo de mí expulsión de la Unión Soviética estaban en estrecha alianza con Stalin y dirigieron toda la lucha contra el trotskismo, incluyendo mi detención y destierro? Aparentemente, durante el período en que viví en Moscú y era miembro del Politburó y del gobierno, no logré convencer a Bujarin y Rikov de que mis puntos de vista eran correctos. Votaron contra mí, en concentraciones de masas hicieron discursos hostiles contra mí, Bujarin escribió varios cientos de artículos violentos en mi contra. Ambos dirigentes de la derecha votaron a favor de mi expulsión del partido y mi destierro al Asia y más tarde lo hicieron apoyando mi expulsión de la Unión Soviética. Pero cuando llegué a Turquía y más tarde a Francia, Noruega y México y me encontré separado de Moscú por miles de kilómetros, entonces Rikov y Bujarin, como en general todos los acusados de los últimos juicios, no solamente empezaron a estar definitivamente de acuerdo conmigo, sino que también decidieron llevar a cabo mis “instrucciones” sin reservas. Miembros del gobierno, embajadores, generales del Ejército Rojo, se volvieron espías extranjeros “por instrucciones de Trotsky”. Exactamente igual actuaron Rikov, antiguo jefe del gobierno y Bujarin, antiguo jefe de la Internacional Comunista. Los acusados no ofrecieron ninguna otra explicación de sus “crímenes” monstruosos y absurdos.

Durante este juicio tanto Rikov como Bujarin trata- ron de negar su responsabilidad directa en el asesinato de Kirov quien, como se declaró antes, fue asesinado a su vez por todas las agrupaciones oposicionistas de la Unión Soviética. Pero Henry Iagoda, ex jefe de la GPU - quien antes de sentarse en el banquillo de los acusados fusiló a varios cientos de personas por el asesinato de Kirov - inmediatamente declaró que Rikov y Bujarin mentían. “Ellos, como yo”, afirmó Iagoda, nos opusimos “en un comienzo al asesinato de Kirov. Pero nos llegaron instrucciones de Trotsky y nos sometimos.”

Uno realmente se estremece de asombro al leer estas líneas del inquisidor de ayer. Las afirmaciones referentes a la omnipotencia de las “instrucciones” sonaban lo suficientemente absurdas en labios de Piatakov y de Radek. Pero, por lo menos, estos hombres habían sido mis partidarios hace once años. Es verdad que me repudiaron y se volvieron enemigos encarnizados. Pero el fiscal Vishinski asegura que esta enemistad era “ficticia”, que en realidad estos ex trotskistas estaban guiados por una ferviente devoción personal hacía mí. Por supuesto es incomprensible ver cómo y por qué esta devoción ferviente se enfrió en la prisión y permitió a Piatakov y Radek pintarme con los colores más oscuros. Pero dejaremos todo esto de lado. Admitamos que los viejos vínculos me aseguraron una influencia hipnótica a través de continentes y océanos sobre mis antiguos partidarios. Pero, ¿cómo explicar la relación con Rikov y Bujarin? ¿Cómo, y por qué medios puede explicarse el hecho de que sólo después de saberme expulsado de la Unión Soviética se volvieron obedientes estudiantes de Trotsky?

Sin embargo, el caso de Iagoda es especialmente misterioso. Este hombre se oponía al asesinato de Kirov, pero capituló inmediatamente a mis “instrucciones”. ¿Desde cuándo aprendió Iagoda a cumplir mis instrucciones? Como jefe de la GPU supervisaba directamente todas las represiones contra la Oposición; destruyó mi secretariado; forzó a dos de mis secretarios al suicidio; fusiló a mis amigos y jóvenes alumnos, Blumkin, Silov, Rabinovich;[2] forzó a varios miembros de mi familia a una muerte prematura; me detuvo y expulsó; preparó el juicio Kamenev-Zinoviev; supervisó crímenes y fraudes contra la Oposición. Ahora parece que llevó a cabo todos estos actos como “camuflaje”. En realidad, él era un trotskista secreto que seguía mis “instrucciones”.

¡No, esto es demasiado! Ni aun los omnívoros “amigos de la Unión Soviética” se tragarán eso. Se devoraron el proceso Zinoviev-Kamenev; el proceso Piatakov- Radek; pero mucho me temo que se ahogarán con el testimonio de Iagoda.



[1] ¿Por qué tantos centros? ¿Por qué todos se someten a Trotsky?. Con permiso de la Biblioteca de la Universidad de Harvard.

[2] Jakob Blumkin (1899-1929): terrorista social-revolucionario de izquierda que se volvió comunista y oficial de la GPU. Fue el primer partidario ruso de la Oposición de Izquierda en visitar a Trotsky en el exilio en Turquía. Al llevar un mensaje de Trotsky a la Oposición, fue traicionado ante la GPU y fusilado en diciembre de 1929, el primer oposicionista ejecutado por los stalinistas. Unas pocas semanas más tarde la GPU eliminó además a los oposicionistas Silov y Rabinovich, supuestamente por “sabotaje de transporte ferroviario”.



Libro 5